Primeras ordenaciones episcopales en Hong Kong tras el paso a China

Tres nuevos obispos auxiliares fueron ordenados para la diócesis de Hong Kong, el sábado 30 de agosto, en presencia de 2000 fieles, según informa La Croix. Se trata de Michael Yeung Ming-Cheung, el vicario general de la diócesis; Stephen Lee Bun Sang, hasta ahora vicario del Opus Dei para Asia Oriental; y Joseph Ha Chi-Shing, antiguo superior de la orden franciscana en Hong Kong, Son las primeras ordenaciones desde el traspaso del territorio a China en 1997.

El evento coincide en un momento histórico delicado, en que Pekín intenta limitar la democratización de la antigua colonia británica. Como es natural, la jerarquía católica ha sido siempre activa en la lucha por la democracia en Hong Kong: junto con Macao, son los únicos territorios en que no está limitada la comunión con Roma.

En la práctica, y a pesar de las manifestaciones populares y de los compromisos históricos, el partido comunista intenta reducir al mínimo las libertades políticas en Hong Kong. Así, el pasado 31 de agosto Pekín presentaba un proyecto de nuevas reglas para el nombramiento de su presidente del ejecutivo. Este sería elegido por sufragio universal; pero los candidatos –dos o tres– tendrían que ser nominados por una comisión de 1.200 miembros, lo que sería un filtro para que los candidatos contaran con el beneplácito del poder central.

En 1997, en las negociaciones entre Margaret Thatcher y Deng Xiaoping, se concordó el criterio del sufragio universal para el nombramiento del jefe del ejecutivo de la región administrativa especial de Hong Kong. El reciente documento es la negación del espíritu de aquellas negociaciones.

Como escribe Le Monde en su editorial del 2 de septiembre, Pekín traiciona sus promesas a Hong Kong. Una elección popular sería demasiado para la China de Xi Jinping. No deja espacio a ningún tipo de disidencia política.

Pero, si se respeta el procedimiento, hará falta una mayoría de dos tercios para que entre en vigor la reforma electoral. Y la oposición parece agruparse en torno al movimiento Occupy Central, que intentará bloquear el centro de Hong Kong, núcleo de la vida financiera y comercial. Defienden lo que consideran esencia del territorio: una síntesis del talento empresarial chino con el estado de derecho británico.

En esa prueba de fuerza, el nombramiento de obispos auxiliares parece de gran entidad para el futuro religioso de Hong Kong.

Noticia original en Aceprensa

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