Kinshasa, capital de la República Democrática del Congo y tercera ciudad africana (por detrás de El Cairo y Lagos), acoge alrededor de 9 millones de habitantes. El recrudecimiento enfermedades tropicales y el muchas veces nulo seguimiento de embarazos y de la salud de las madres hacen que los índices de mortalidad en madres y recién nacidos sean alarmantemente elevados.
Un problema de salud que puede solucionarse, con unas metas que podrían evitar la mayoría de estas muertes. Ese es uno de los objetivos del Hospital Monkole (Kinshasa), que junto a ONAY (Organización Navarra para Ayuda entre los Pueblos) lleva años luchando porque las madres en RDC tengan, entre otras cosas, partos seguros. Una batalla compartida desde hace 30 meses con MSD for Mothers Program, Una maternidad sin riesgo en Monkole, programa desarrollado en en este hospital del que aún quedan 6 meses.
El peligro de ser madre en Kinshasa
El índice de mortalidad en mujeres y niños en la República Democráctica del Congo es especialmente alto. Álvaro Perlado, director del Hospital Monkole, señala que uno de los problemas más comunes es la alta tasa de malaria en República Democrática del Congo, pues el hecho de contraerla puede “afectar mucho al desarrollo del feto y la salud de la madre, creando un estado muy precario para el parto”.
La mortalidad materna en Kinshasa es de 81 muertes por cada 1000 nacimientos
La malnutrición de las madres es otro foco de peligrosidad, pues provoca que el desarrollo del feto sea muy pobre y nazca en malas condiciones. Y la nutrición infantil, que también está en el punto de mira y para lo que el hospital lleva a cabo mucha actividad desde las antenas médico sociales que han ido desarrollando en zonas de mayor difícil acceso, “porque al ser las zonas más marginales hay mucha tendencia de desnutrición”.
Además, hay otros dos factores clave que inciden directamente en estas alarmantes cifras. Por un lado, una cultura muy arraigada a la medicina tradicional y la brujería. Y por otro lado las escasas “medidas higiénico-sanitarias de los centros de salud y toda la infraestructura sanitaria que hay”, facilitando la aparición de infecciones en el momento del parto tanto en las madres como en los niños.
Proyecto MSD en Monkole
Los objetivos del programa, orientados a poner solución y prevenir los problemas que más atacan la salud en República Democrática del Congo, se centran en tres focos concretos:
1. Mejorar los conocimientos y habilidades del personal sanitario a través de la formación. Perlado explica que están “formando a todo el personal de los centros que, como los nuestros, están en zonas muy marginales y de difícil acceso”. Esto es posible gracias a la clasificación de Monkole como Hospital General de Referencia, “ajustado a unos estándares europeos en cuanto a medidas higiénico-sanitarias y a formación” que favorecen una estructura sanitaria fortalecida.
2. Fortalecimiento de la red sanitaria natal y prenatal a través de la implementación de una red de cuidados de salud maternal en las áreas rurales y semi-urbanas de Kinshasa. Monkole, como hospital de referencia y ejemplo a seguir, cuenta con el único servicio de base que en Europa sería restauración, lencería y limpieza en todo el país.
“Damos 3 comidas al día a los pacientes, ropa limpia, sábanas, normalmente cuando llegs a un hospital tienes que llevar las sábanas. Y tenemos turnos de limpieza 16 horas al día, es un sitio impoluto y el paciente lo agradece mucho”, cuenta su director. Poco a poco, el resto de centros van tomando nota, sobre todo porque ven que es posible salvar muchas vidas cambiando ciertas pautas y procedimientos.
“El objetivo es poner a disposición de la población de Kinshasa y de República Democrática del Congo un hospital que cubra todas las patologías con una buena fiabilidad sanitaria”, explica.
3. Sensibilización en jóvenes. “Con el proyecto MSD, estamos formando en escuelas a chicas y chicos jóvenes para evitar la transmisión del VIH”, insistiendo en los conceptos de la poligamia y la promiscuidad, que favorecen tremendamente la transmisión”, señala Álvaro Perlado.
En la República Democrática del Congo, el 49,2% de la población es menor de 15 años. La tasa de mortalidad de niños de 0 a 5 años por cada 1.000 nacidos vivos es de 146
Además, el médico experto en salud pública también trata de concienciar a las futuras madres de cómo es un embarazo. Ya son mil jóvenes sensibilizados en 23 escuelas implicadas en estas actividades de concienciación.
Conquistas alcanzadas a favor de la salud
Una de las metas era formar a profesionales de 24 centros de salud. “Hemos llegado a 23 porque uno ha cerrado, pero si sumas Monkole estamos a 24”, dice el gestor del hospital.
Otra meta, tener nueve mil madres en consulta a las que se les hace al menos una ecografía. “Llevamos más de 8.000, así que llegaremos”, señala.
“Con el proyecto que estamos desarrollando con MSD hemos disminuido en nuestra zona de salud en torno a un 33% la tasa de mortalidad de madres”, explica el doctor.
Juan Arbulú, del área de proyectos de ONAY, subraya que gracias al proyecto MSD “a las madres durante el embarazo se les dan dosis de hierro y de ácido fólico para evitar la anemia o las consecuencias que pueda tener la malaria. Si una mujer se muere en el parto porque tiene anemia, no lo sabía porque no se han hecho controles prenatales. Ahora con este proyecto se pueden hacer”, insistiendo en que una de las claves en la lucha contra la mortalidad materna “reside en la prevención”.
Pero el trabajo no es sencillo. Hacerlo en épocas inestables de conflictos y problemas electorales convierten la paciencia en el mejor aliado. “Hay que estar en pie de guerra, mantener esa tensión por dentro al mismo tiempo que respetas los ritmos de la gente y de la ciudad”, señala Perlado. Otro problema, las precarias infraestructuras que provocan, por ejemplo, cortes de electricidad todos los días.
A lo que Arbulú añade “en Monkole estamos generando impacto en la zona porque se ha dinamizado económicamente”, apuntando que “el 98 o 99% de los empleados del hospital son congoleses”. Esfuerzo, ilusión y profesionalidad para fortalecer la salud en todos los rincones del mundo y asegurar su derecho de acceso a la misma.