A) Declaraciones de Mons. Álvaro del Portillo, sucesor de San Josemaría:
“Estoy asombrado y dolorido por las afirmaciones recogidas en algunos medios de comunicación sobre una supuesta simpatía del Fundador del Opus Dei por Hitler. Es absolutamente contrario a la realidad afirmar eso de una persona que amó profundamente al pueblo hebreo y siempre condenó vigorosamente cualquier tiranía. Tan pronto como he leído la prensa de hoy, me he puesto en contacto con la Embajada de Israel y con representantes de la comunidad israelita, y les he expresado mi solidaridad y mi indignación por semejantes mentiras. Sé que de este modo no hago otra cosa que participar del dolor de Mons. Escrivá por el holocausto sufrido por el pueblo hebreo, por obra del criminal programa nazi".
(nota de prensa distribuida por la Oficina de Información el 7-I-1992).
B) Algunos datos sobre Vladimiro Feltzmann:
-La única relación que mantuvo con San Josemaría Escrivá de Balaguer fueron unos pocos encuentros esporádicos durante su estancia en Roma como estudiante de Teología durante sólo tres años. Esos pocos encuentros, además, fueron siempre públicos y delante de, al menos, un centenar de personas. Por supuesto, ninguna de esas personas coincide con el testimonio de Feltzmann.
-El señor Feltzmann puso por escrito en diversas ocasiones (la última en 1980, cuando tenía 41 años) su alta opinión de San Josemaría Escrivá, mostrándose partidario de su santidad. Además, no sólo no vertió esas acusaciones sólo después de abandonar el Opus Dei, sino que esperó hasta que pudieran ser noticia con motivo de su beatificación en 1992.
- El señor Feltzmann añadió, en 1992, a sus acusaciones de antisemitismo, una imaginativa interpretación de un viaje que realizó San Josemaría a Grecia, atribuyéndole intenciones de pasarse a la Iglesia Ortodoxa. Se demostró, con criterios históricos, que ese viaje fue uno más de los muchos que realizó en su vida y que informó previamente al entonces Sustituto de la Secretaría de Estado, Mons. Dell'Acqua para que lo supiera también el Santo Padre Pablo VI. Es más, de regreso les trajo a cada uno, de regalo, un icono de aquella tierra.
Testimonios públicos de San Josemaría sobre el pueblo judío