Operación Guadalupe

El proyecto Operación Guadalupe es un programa de capacitación profesional e integración social de mujeres inmigrantes de Granada

Con el lema: “Muchos pocos ayudan a muchos: anímate y da un poco de tu tiempo. Te alegrarás”, un grupo de voluntarias imparte semanalmente, distintas sesiones sobre informática, geriatría, cocina, costura, gestiones administrativas, etc., a un grupo de mujeres inmigrantes interesadas en el proyecto.

Desde hace varios años, las calles principales de Granada pasaron de ser sólo zonas para pasear a convertirse en auténticos mercadillos donde muchos inmigrantes de distintos países de Europa y Sudamérica, ofrecían productos propios de su tierra.

Mª Teresa nació en México D.F, donde su padre llegó como inmigrante desde España, y siempre les dijo que a él le habían ayudado mucho para abrirse camino profesionalmente y que si alguna vez tenían conocimiento de que alguien necesitaba trabajar para poder vivir, había que ayudarle como lo habían hecho con él.

Un día, su amiga Isabel y ella iban hacia casa comentando la situación en la que viven estas personas. Hicieron una parada en el camino para entrar en la Basílica de la Virgen de las Angustias, Patrona de Granada; una vez dentro, le vinieron a la cabeza las palabras de su padre. Se puso a recapacitar sobre ellas, y llegó a la conclusión de que estas personas hacían lo que sabían para poder vivir y que no podía protestar interiormente por las molestias que ocasionaban. Debía plantearse ayudar de alguna manera.

También le llegaban comentarios de personas que tenían en sus casas a mujeres inmigrantes para los trabajos del hogar y el cuidado de los niños y los mayores. Le decían que eran buenas personas pero les faltaba cualificación profesional.

Isabel y ella pensaron que podían ofrecer algún tipo de preparación a estas mujeres. Primero se plantearon buscar mujeres trabajadoras sudamericanas –por aquello de compartir el mismo idioma- para enseñarles algunos platos de cocina española y cómo realizar la limpieza de una casa.

Parecía una locura; así lo veían ellas y se lo decían otras personas. Por eso, a la vez que empezaron con las gestiones, acudieron a la intercesión de San Josemaría. Recordaron los viajes que él hizo a México y la fe y confianza con que rezó ante la Virgen de Guadalupe, pidiendo por la Iglesia y por la humanidad. Con este apoyo, y como de mujeres sudamericanas se trataba, decidieron llamar al proyecto “Operación Guadalupe”, con el nombre de la Patrona de las Américas.

Isabel se encargó de hablar con varias personas para conseguir un local en el que impartir las clases. Les prestaron unas aulas que se utilizaban durante la semana para las alumnas de un Centro de Estudio y Trabajo. Podían usarlo los sábados por la tarde. Pusieron a su disposición el local y todo el equipo técnico que necesitaban.

Poco a poco fueron conectando con las primeras que vinieron a participar del proyecto. Comenzaron a hablar con amigas que tenían mujeres sudamericanas al cuidado de sus padres o trabajando en la casa, para que las animaran a venir a estas clases. También hablaban con las que veían por la calle o en el supermercado y les explicaban en lo que consistía el plan que iban a comenzar. Así, consiguieron reunir alrededor de sesenta alumnas.

"Con el tiempo, han ido acercándose a Dios, y no sólo ellas sino toda la familia: han descubierto la alegría de estar cerca de Dios"

Una tarde vieron una película de San Josemaría en América y algunas comentaron, al finalizar, que por primera vez veían “un padrecito que reía”. Su alegría les contagió.

Además de las clases de cocina, plancha, costura, geriatría, etc., tratan de enseñarles la doctrina cristiana. Algunas de ellas no habían bautizado a sus hijos y cuando se les explicó la importancia de los Sacramentos varias decidieron celebrar el Bautismo y la Primera Comunión; les han ayudado a hacer los trámites en la parroquia. Además de acercarles a estos sacramentos, tienen ocasión de hablar con las que no están casadas para animarles a regularizar su situación y volver a la práctica de la fe.

Con el tiempo, han ido acercándose a Dios, y no sólo ellas sino toda la familia: han descubierto la alegría de estar cerca de Dios. Todos los años un grupo participa en el Encuentro de los pueblos de América en Torreciudad. Han conocido el Opus Dei y le tienen mucha devoción a San Josemaría, al que piden que interceda para encontrar trabajo, para conseguir el permiso de residencia, etc.

En el último curso, además, ha aumentado el número de voluntarias y los contenidos de las clases, con el respaldo de la Fundación Albihar. Entre otras materias, se imparten clases de geriatría, pediatría, costura, baile, informática, limpieza del hogar, plancha y cocina.