ABC Jaime Castañón (1943-2020). Restaurador de la catedral de Toledo (PDF)
A última hora del segundo día de Pascua ha fallecido Jaime Castañón Fariña, miembro de una familia de arquitectos que encabezaba su padre el general Juan Castañón de Mena con sus tres hijos varones: Juan (q.e.p.d.) Jaime y Javier, éste prestigioso docente en la Escuela de Londres.
Jaime Castañón ha abierto una puerta en la historia del arte de nuestro país con sus trabajos en la Catedral de Toledo
Después de una intensa dedicación a la formación de la juventud -fue director del Club Jara y durante años director del Colegio Mayor Moncloa- desplegó una variadísima actividad profesional con proyectos de viviendas en varias regiones, importantes encargos del Banco Pastor, colaboraciones con el estudio Castañón-Laguna y una capacidad poco común en la restauración y modernización de edificios culturales como Los Rosales ( Villaviciosa de Odón), La Pililla (Piedralaves, Ávila), la sede de la Nunciatura Apostólica en España, la remodelación integral del Colegio Mayor Moncloa o la Casa del Doncel de Sigüenza.
Pero Jaime Castañón ha abierto una puerta en la historia del arte de nuestro país con sus trabajos en la Catedral de Toledo, algunos tan deslumbrantes como la grandiosa instalación de la Custodia de Arfe para contemplarla a pocos centímetros de distancia, y la nueva iluminación y remodelación de la Sacristía Mayor, donde El Expolio brilla aún más al facilitar la contemplación de varias docenas de obras de los grandes maestros en otras tres salas a la altura de los mejores museos del mundo.
A esa actuación memorable siguió la creación del imponente Museo de Tapices, aún poco conocido, y que es su última obra concluida, pues la actual restauración de la torre, en la que había puesto todo su empeño, no la verá en vida. Me refiero, claro, a la Sala Capitular de Juan de Borgoña, recuperada por las obras de asentamiento, climatización e iluminación, junto con la obra pictórica, respetuosa y audaz, del restaurador conservador Antonio Sánchez Barriga. Su relación con los responsables de las principales catedrales europeas ha sido constante, buscando siempre la forma de incorporar nuevas tecnologías a unos monumentos construidos para desafiar el paso de los siglos.
Hace sólo mes y medio que Jaime nos enseñó a una docena de amigos -¡tenía tantos!- los entresijos de esta capilla sixtina de la catedral primada
Hace sólo mes y medio que Jaime nos enseñó a una docena de amigos -¡tenía tantos!- los entresijos de esta capilla sixtina, del Trasparente, la Descensión y otras maravillas de la catedral primada con la pasión del enamorado del arte y su sencillez habitual. Recuerdo muy bien que a la vuelta de esa visita me hizo comprender la fascinación de muchos de sus colegas por Paladio, que yo había advertido durante una estancia en el Véneto, y nos reímos de las intuiciones y también exageraciones de las crónicas de Josep Pla que le había recomendado.
Le vamos a echar mucho de menos, pero como sabemos que era un fiel hijo de san Josemaría Escrivá y que sólo quiso cumplir siempre la voluntad de Dios, tenemos que decirle “feliz Pascua, Jaime”.