Dos mujeres leonesas, pioneras en el Opus Dei

Recientemente se ha publicado en el Diario de León una semblanza de dos mujeres leonesas fundamentales para el desarrollo del Opus Dei en sus inicios tras la Guerra Civil y que colaboraron estrechamente con san Josemaría: Dora del Hoyo y Nisa González Guzmán.

Dos mujeres leonesas, pioneras en el Opus Dei
Dora del Hoyo con san Josemaría.

Enlace al artículo original, publicado en el Diario de León. 


Cada una provenía de historias, familias y educaciones muy distintas, pero las une su apoyo fundamental a san Josemaría como unas de las primeras mujeres que formaron parte de la Obra con disponibilidad y generosidad completas para sacar adelante todo tipo de iniciativas apostólicas en diferentes países y continentes.

Nisa González provenía de una familia de la burguesía leonesa de la época. Se había graduado en Magisterio, hablaba varios idiomas y practicaba deportes que no eran habituales para las mujeres de la época, como la caza y la pesca. Conoció a san Josemaría en el Palacio Episcopal de León, y se vio con él hasta en tres ocasiones antes de comenzar a formar parte del Opus Dei. Según contaba ella misma, notaba cómo Dios le pedía más, aunque no se veía preparada para asumir las consecuencias que eso implicaba.

Finalmente Nisa fue una pieza clave en la historia de las mujeres de la Obra, ya que desde entonces san Josemaría vio en ella una persona madura y preparada que encabezaría todos los proyectos que tenía por delante la sección femenina. 

Fue la pionera de la expansión de la Obra en el mundo anglosajón, especialmente en Estados Unidos y Canadá, donde vivió hasta 1961. En ese año volvió a trabajar a Roma y la nombraron delegada de las labores apostólicas de Inglaterra, Irlanda y Francia, con lo que ya no volvió a cruzar el charco

«Con madura experiencia, preparó a gente más joven para que, especialmente las propias estadounidenses, asumieran en primera persona la transmisión del mensaje de santificación de la vida ordinaria», explica la historiadora Inmaculada Alva. También fue la primera directora de un centro de la Obra, situado en la calle Jorge Manrique de Madrid, en 1942, donde también vivía con Dora del Hoyo.

Nisa González Guzmán en una imagen de archivo.

Dora por su parte nació en una familia de campesinos, también en la provincia de León. Le gustaba el fútbol, el cine y la música clásica, y su mayor sueño era viajar a Madrid para independizarse y montar su propio negocio, un hotel en el que todo el mundo que lo visitara se sintiera como en casa. 

Finalmente se trasladó a vivir y trabajar en el Colegio Mayor Moncloa, que acababa de abrir sus puertas en 1943 y contaba con más de cien residentes. Dora atendía las labores domésticas de la residencia, como la cocina o el planchado de la ropa. No fueron pocas las dificultades que tuvieron que atravesar, ya que el colegio mayor prácticamente se estaba construyendo, y tenían las estancias llenas de albañiles y reformas, sumado a las precarias condiciones económicas con las que contaban al estar en un periodo de posguerra en España. 

Allí conoció al fundador del Opus Dei, que iba a visitarlas frecuentemente y les hablaba de la importancia de su trabajo, de igual dignidad a los ojos de Dios que el de un médico o un arquitecto, si se hacía con amor.

Dora fue la primera numeraria auxiliar, y al igual que Nisa, colaboró con generosidad plena en la puesta en marcha de las iniciativas de las mujeres de la Obra. Acompañó a san Josemaría cuando este se trasladó a Roma a vivir para establecer allí la sede central del Opus Dei. Los que la conocieron destacan su sencillez y alegría, y la definen como una persona «llena de amor de Dios». 

Las carencias e incomodidades en Italia también fueron numerosas, al igual que en Madrid, pero Dora siempre estuvo dispuesta a hacer todo lo que se le pedia con una sonrisa y sin que se notara lo que menos le apetecía o cansaba. 

Fue, como decía san Josemaría, «columna vertebral del Opus Dei». Su proceso de canonización se encuentra abierto, explica Jose Carlos Martín de la Hoz, director de las Causas De los Santos de la Prelatura, y ya se han registrado varios favores por su intercesión que podrían llevar a Dora a los altares.