Mons. Echevarría: Hoy quisiera sólo decir gracias

Declaraciones del prelado del Opus Dei tras el anuncio de las canonizaciones de nueve beatos, entre los que se encuentra Josemaría Escrivá.

Mons. Javier Echevarría a la salida del consistorio.

"El Papa acaba de anunciar las fechas de las ceremonias de canonización de nueve beatos: un sacerdote secular, cinco religiosos, dos religiosas y un laico. Cada uno vivió en un tiempo, en un país y en unas circunstancias diferentes. Cada uno, con su propia personalidad. Pero en todos percibimos unos rasgos comunes. En los santos se reconoce siempre la fecundidad espiritual de la Iglesia, esparcida por el mundo como semilla de santidad por medio del testimonio de vida cristiana de sus hijos.

El Padre Pío, fiel al carisma capuchino, nos recuerda la hondura del amor con que Dios nos ama, comunicado a través de la Iglesia en los sacramentos, especialmente la Penitencia y la Eucaristía. Juan Diego fue el primero en recibir la visita de Nuestra Señora en Guadalupe, donde cada año millones de peregrinos rezan a Santa María. En la historia de Josemaría Escrivá encontramos el rastro luminoso de unos padres cristianos, de quienes recibió la herencia preciosa de la fe; de Obispos que le dieron su apoyo para desarrollar su tarea evangelizadora; de numerosos sacerdotes, religiosos y religiosas, con los que mantuvo una fraterna relación toda su vida; y de miles de laicos que supieron transformar en realidad su mensaje de santificación del trabajo ordinario en medio del mundo.

Por eso, hoy quisiera solamente decir ¡gracias! Deseo expresar mi agradecimiento a la Trinidad Santísima, que nos envía el regalo de los santos; a la Iglesia Santa, familia de los hijos de Dios, unida por el vínculo de la caridad; a los padres y hermanos del beato Josemaría; a todos los sacerdotes, religiosos, laicos, hombres y mujeres, que de alguna manera han intervenido en su formación. Gracias también, desde lo más profundo del alma, a todos los pobres y enfermos que le dieron generosamente lo único que tenían, y convirtieron su dolor en oración por la labor sacerdotal del fundador del Opus Dei. Pienso que es un buen momento para acordarse de esos miles de personas, cuyos nombres, en muchos casos, ni siquiera conocemos. Y es también una espléndida ocasión para sentir de nuevo la responsabilidad de no privar de la oración y la caridad a quienes nos rodean, porque todos estamos llamados a ser santos".