En el año del 70 aniversario de la Universidad, su nueva rectora afirma a Alfa&Omega, que “tenemos el doble reto de la fidelidad al legado recibido y de ser capaces también de aplicar todo ese potencial a las circunstancias actuales”.
Al frente de una empresa con más de mil profesores y doce mil alumnos, piensa que la investigación es clave, porque “el impacto de la universidad hay que mirarlo a largo plazo y la investigación lo tiene. Una universidad que quiere estar presente en los grandes debates de nuestro tiempo y hacer aportaciones propias, tiene que investigar”.
Superando las limitaciones de la pandemia (de la que destaca un alto grado de implicación y de generosidad en la comunidad universitaria), sostiene que “nuestro modelo siempre ha sido presencial y hemos intentado recuperar la presencialidad lo antes posible, pero un mercado laboral muy cambiante pide formación al antiguo alumno o a otros profesionales de 30, 40 o 50 años y también estamos haciendo productos online”.
La Clínica, los nuevos alumnos y su savia nueva, el ambiente de trabajo conjunto son algunas cuestiones suscitadas. María Iraburu piensa que “la carrera es una gran conversación entre profesores y estudiantes, en la que se van cualificando profesionalmente, y también es importante que aparezcan los grandes temas de la existencia humana, los que tiene que ver con qué es el hombre, con el sentido de la propia profesión”.
Y en cuenta a sus deseos, afirma: “Mi ilusión sería que fuéramos capaces de hacer contribuciones significativas a los grandes retos de nuestro tiempo, desde nuestra identidad como universidad y como universidad de inspiración cristiana”.