Natalia López Andrés y Cristina Natal Gorgojo, investigadoras del Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA) de la Universidad de Navarra, junto con otros 9 navarros, buscaban en una agencia de viajes un destino de vacaciones para el puente foral. No habían pensado en un país en vías de desarrollo como destino, pero decidieron probar y compraron un billete a Gambia, donde permanecieron entre el 30 de noviembre y el 7 de diciembre.
Antes de la fecha de partida, buscaron información sobre el país en Internet y descubrieron la ONG “Colores de África”. “Esta organización pide a los turistas que van a Gambia que aprovechen el viaje para llevar cosas que la población necesita. Esto nos ayudó a priorizar. En vez de llenar la maleta de ropa, la llenamos con material escolar y medicinas”, explica la bióloga Natalia López.
“Pedimos ayuda a nuestros amigos y también aprovechamos el material que nos dan en congresos y otros eventos. Además, la madre de un compañero de laboratorio tiene una farmacia y nos facilitó los medicamentos”, señala Cristina, licenciada en bioquímica.
La sonrisa de África
Se alojaron en Serekunda, ciudad situada al oeste del país, pero visitaron, con la ayuda de dos guías, escuelas y guarderías donde existe un alto índice de pobreza. También fueron a una de las zonas más deprimidas, Coconut Island. A pesar de la miseria, tanto Natalia como Cristina señalan que Gambia “es un país diferente” y destacan, sobre todo, “las ganas de vivir de la población”. “Hablan de Gambia como la sonrisa de África y hemos podido comprobar que es cierto. La gente es fantástica y a pesar de su pobreza son muy, muy generosos. A todos nos ha hecho pensar mucho”, comenta Cristina.
Las dos investigadoras trabajan en el laboratorio de Hipertensión y Metabolismo del área de Ciencias Cardiovasculares del CIMA de la Universidad de Navarra. Después de este viaje solidario, han decidido repetir experiencia y pasar sus próximas “vacaciones” de Semana Santa en Gambia. “Volveremos con otra mentalidad, porque conocemos el país. Esta vez llevaremos mapas del mundo, pizarras, cosas que sabemos que no tienen los niños…”. Mientras preparan este viaje, en el que también participarán los otros nueve navarros que les acompañaron en el primero, su objetivo es promocionar esta nación: “Cuando nos marchamos, la gente nos dijo: ‘Ahora sois los embajadores del país’”, recuerda Natalia.
A continuación ofrecemos un texto publicado en el “Diario de Navarra” en el que se cuenta como Natalia y Cristina consiguieron enviar:
15 toneladas para Gambia
NATALIA López Andrés (soriana de 27 años) y Cristina Natal Gorgojo (leonesa de 30) conocieron Gambia en un viaje del 30 de noviembre al 7 de diciembre. Desde entonces, estas dos investigadoras del CIMA de la Universidad de Navarra sólo piensan en buscar los medios humanos y económicos para ayudar a los habitantes del país conocido como la sonrisa de África.
El 22 de enero, un lector de Diario de Navarra que había visto un reportaje publicado dos días antes sobre el viaje de las jóvenes a Gambia les llamó para hacerles una oferta que no rechazaron.
Solidaridad anónima
«Nos dijo que tenía preparado un contenedor de 15 toneladas con material quirúrgico, medicinas, ropa, calzado y comida y que nos lo regalaba para que lo mandásemos a Gambia. Nos contó que, desde hace años, él reúne material y se lo da a alguna ONG. Hemos estado con él y hemos visitado el almacén en el que guarda el contenedor, pero no quiere que se sepa quién es. Ahora nos toca a nosotras movernos para conseguir el dinero necesario para mandar el contenedor a África», relató.
Enviar el contenedor en barco a Gambia y transportarlo allí en camión cuesta unos 6.000 euros. «Contamos con el problema de que en Gambia no hay camiones tan grandes para transportar 15 toneladas. Tendríamos que alquilar uno en Senegal y llevarlo a Gambia», indicó López.
Llegada a Gambia el 5 de abril
López y Natal tienen previsto que tanto ellas como el contenedor lleguen a Gambia el próximo 5 de abril. «El contenedor lo mandaremos 15 días antes para que llegue a la vez que nosotras. Todavía no hemos confirmado cuántos vamos a ir, pero seremos bastantes porque además de varias personas de Navarra, País Vasco, Zaragoza o Madrid con las que coincidimos en Gambia y con las que mantenemos contacto, varios compañeros del CIMA nos han dicho que quieren ir», recordó López llena de entusiasmo.
Para conseguir los 6.000 euros, las dos jóvenes iniciaron una campaña el mismo 22 de enero. «Hemos abierto una cuenta en Caja Navarra con el nombre de La sonrisa de África para que todo aquel que lo desee ingrese dinero. También hemos editado un cartel que estamos pegando por toda Pamplona y enviando a todos nuestros conocidos para que lo envíen a más gente».
Barça y Osasuna
Natalia López es una gran seguidora del Fútbol Club Barcelona, al que no dudó en pedir ayuda. «En Gambia había muchísimos niños con la camiseta del Barça y yo me hice fotos con todos. Se me ocurrió mandarlas al club para ver si podían enviarnos camisetas y balones para que las llevemos a Gambia. Sorprendentemente, nos contestaron que sí el mismo día. Y, aprovechando que este domingo vienen a Pamplona a jugar contra Osasuna, hemos quedado con representantes del club para que nos den el material».
Por su parte, el club rojillo, a través de la Fundación Osasuna, también ha respondido afirmativamente a la propuesta que les hicieron las dos investigadoras y también donará camisetas y balones que viajarán a Gambia.
Cursos solidarios
Pero las ideas de López y Natal no terminan ahí. Estas dos jóvenes también han conseguido involucrar a varias entidades deportivas para que organicen cursos solidarios para recaudar dinero y alcanzar así los 6.000 euros. «El Spinning Club va a organizar en marzo en la A.D. San Juan, en el Polideportivo de Berriozar y en el gimnasio León de la Rochapea cursos solidarios de spinning.
También hemos mandado una invitación a todos los monitores de spinning de España animando a realizar el mismo evento y, de momento, ya nos han contestado de forma positiva desde Zaragoza», señaló López ilusionada, quien añadió: «Estamos muy agobiadas con todo lo que se ha montado porque cuando salimos de trabajar nos pasamos el día mandando e-mails, llamando por teléfono y quedando con gente para comentarles nuestra iniciativa. Pero sabemos que todo nuestro esfuerzo es poco. En Gambia nos trataron con muchísimo cariño y amabilidad. Sabemos cómo viven allí y no podemos.