La «Provida Mater Ecclesia»

“Tiempo de caminar”, libro de Ana Sastre sobre el fundador del Opus Dei.

El día 2 de febrero de 1947, el Santo Padre promulga la Constitución Apostólica Provida Mater Ecclesia , y el 24 de ese mismo mes el Opus Dei obtiene el Decretum laudis conforme a las normas de esa nueva Constitución.

A las siete de la tarde del 25 de febrero, Radio Vaticano emite este importante comunicado. Es la legislación que abre cauce, por Derecho Pontificio, a los Institutos Seculares y, de momento, al Opus Dei. En Cittá Leonina oyen la noticia. Escuchan la lectura, que da cuenta también de la personalidad del Fundador de la Obra, don Josemaría Escrivá de Balaguer. Pero el Padre ya no atiende a su panegírico. Emocionado, absorto, da gracias a Dios porque la jerarquía Eclesiástica, desde su más alta Cátedra, abre paso a esta nueva espiritualidad, «vieja como el Evangelio y como el Evangelio nueva», que bulle por salir y gritar la presencia de Cristo en todos los quehaceres de la tierra.

Durante estos años, «”L'Osservatore Romano”» recogerá las sucesivas entrevistas de Su Santidad con el Fundador de la Obra. En abril de 1947, Pío XII le nombrará Prelado Doméstico. El 5 de febrero de 1949, este órgano de difusión vaticana inserta en sus columnas una noticia que aúna la devoción del Padre hacia el Pontífice con el carácter secular, profesional, de sus hijos en el Opus Dei:

«En su reciente Audiencia Pontificia, el Rvdmo. Monseñor Josemaría Escrivá de Balaguer, Presidente General del Opus Dei, ha ofrecido al Santo Padre una valiosa colección de trabajos científicos elaborados por especialistas pertenecientes a la Asociación. Se trata de investigaciones y estudios recogidos en cien volúmenes, de los que hay un elenco de materias: religión y espiritualidad, filosofía, pedagogía, historia, geografía, geología, derecho, economía, política, matemáticas, ingeniería, medicina, químicafísica y otras materias.

Las publicaciones, muchas de las cuales han obtenido premios y menciones, demuestran cómo se puede ejercitar una profesión y dedicarse a profundos estudios en las diversas ramas del saber y tender, al mismo tiempo, a la perfección cristiana en medio del mundo.

El Santo Padre, al acoger benignamente el filial obsequio del Presidente del Opus Dei, ha manifestado su complacencia por la benéfica actividad realizada por los socios del Instituto y ha impartido para él y para cuantos pertenecen al Opus Dei su especial Bendición»(21).

Desde España se siguen, paso a paso, todas las incidencias romanas. La unidad con el Padre no tiene fisura ni distancias. Además, en esta etapa son frecuentes los viajes del Fundador y de don Alvaro para orientar el apostolado en esta primera parcela de la Obra que es España: ( Molinoviejo, Diego de León , Los Rosales...”, son testigos de tertulias entrañables, en las que la fidelidad, la alegría, se funden con el calor del hogar encendido, con la noche del verano bajo los pinos, con el trabajo y con la piedad de una intensa oración junto al sagrario.

Se hacen propósitos de unidad, de trabajo; de cristianismo auténtico, sin otro apelativo. Con la generosa juventud que brota del corazón de sus hijos, el Fundador abre ya, en abanico, la expansión por las rutas del mundo.