"La finalidad principal del centenario es anunciar a Jesucristo"

Anunciar a Jesucristo, renovar los deseos personales de santidad y abundar en la figura de Josemaría Escrivá y sus aportaciones a la Iglesia y la sociedad son las líneas que, a juicio del vicario regional del Opus Dei en España, han de guiar el primer centenario del nacimiento del Fundador.

¿Cómo definiría al fundador del Opus Dei?

Él se autodefinía así: 'Yo soy un pobre pecador que ama con locura a Jesucristo'. Le conocí en 1949 y me pareció un hombre de unas excepcionales virtudes humanas, sencillo, humilde y, al mismo tiempo, "zarandeado por el Espíritu"; un sacerdote santo que tenía grabada a fuego en su alma la misión divina que Dios le había confiado: difundir por el mundo la llamada universal a la santidad, en el trabajo y en la vida ordinaria.

¿Cuál es la originalidad del beato Josemaría?

La de no ser original. Tenía un carisma singular: el de la 'normalidad', lógico en un sacerdote que difundió la santidad en la vida corriente.

¿Qué otras características podría señalar de su mensaje?

La presentación de la fe y de la moral cristiana como algo cordial, humano y entrañable. "Dios nos quiere muy humanos -decía- la verdadera virtud no es triste ni antipática, sino amablemente alegre".

Pero en algo debía manifestarse su santidad...

En su forma de vivir la vida ordinaria de forma extraordinaria. Su afán por encontrar a Dios en todo, con sencillez. Su santidad está entretejida con anécdotas muy cotidianas, con detalles de su constante lucha en lo pequeño, que sabía hacer grande por el amor de Dios que ponía: la lucha alegre contra sus defectos, su constante recomenzar con amor.

¿Qué repercusión puede tener la canonización del beato?

Espero que sirva para la conversión de miles de almas y para que muchos jóvenes decidan entregarse al Señor allí donde Él les llame. Asimismo, me uno al deseo del Prelado y pido al beato Josemaría el milagro de la paz en el mundo, el fin del terrorismo y las guerras.

Un centenario para anunciar a Jesucristo El centenario de Josemaría Escrivá ha dado pie a numerosos actos ¿Qué se pretende con esta celebración?

Se tratará, en primer lugar, de anunciar a Jesucristo. Soy testigo de que ese era el tema sobre el que siempre giraba la conversación del beato Josemaría, tanto por escrito como de palabra. En una de sus homilías lo decía explicitamente: "Es de Cristo de quien hemos de hablar, no de nosotros mismos".

Se aludirá también a la aportación del Fundador en diferentes campos de la vida de la Iglesia y de la sociedad: la difusión de la llamada universal a la santidad; el desarrollo de la vida cristiana sobre la conciencia de que somos hijos de Dios; el sentido de Iglesia; el valor de la familia; la consideración del trabajo como camino de santidad, etc.

¿Cuál es el principal objetivo que se ha marcado el Opus Dei con este centenario?

La renovación personal de cada fiel del Opus Dei. La eficacia de las actividades que desarrollaremos con este motivo se apoya sobre una profundización en las enseñanzas y el ejemplo de Josemaría Escrivá. Además, será una buena ocasión de dar a conocer la figura del Fundador. En este sentido, el centenario mira al futuro.

Pero un centenario tiene el sentido de una conmemoración del pasado... ¿Qué significa que se orienta al futuro?

Para hacer justicia a la figura de Josemaría Escrivá, debemos mostrarla como algo lleno de vitalidad, de impulso, de propuestas y sugerencias. Su mensaje, como todos los que tienen su raíz en el Evangelio, encierra palabras de vida. Eso es lo que nos interesa subrayar.

El Opus Dei De entre las numerosas facetas del Opus Dei, ¿cuál destacaría?

No hay realidad terrena que no pueda ser divinizada por el amor: ésta es la gran novedad que el beato Josemaría difundió con todas sus fuerzas, porque es la sustancia del Opus Dei. Se hace posible entonces comprometerse a la vez en actividades muy distintas sin perder la visión del conjunto, la paz y la alegría; amar la belleza del mundo sin alejarse de Dios; vivir a fondo cada día, sin desconcierto ni angustia. Todo esto se hace posible porque es voluntad de un Dios que es Padre.

¿Tiene actualidad el mensaje de Josemaría Escrivá para los hombres de hoy?

Invita a cada uno a tejer la propia existencia a través de un compromiso cristiano coherente, utilizando los medios sobrenaturales que Dios dio a su Iglesia.

En otro orden, las enseñanzas del beato Josemaría sobre el valor humano y cristiano del trabajo cobran una particular importancia en momentos en los que la actividad laboral comienza a resultar un bien escaso y se llega a trivializar sobre algo tan relevante como la privación del empleo.

La predicación sobre la familia es también una excelente orientación en una época en la que se proponen numerosos modelos alternativos de convivencia y se abre un debate social sobre el concepto mismo de familia.

La llamada a la responsabilidad social y a la sensibilidad ante las necesidades ajenas resuena con una fuerza inusitada en una sociedad que asiste desconcertada a nuevos flujos de población en condiciones lamentables, que inventa nuevas formas de marginación, que se siente impotente para reducir la pobreza...

La santificación del trabajo es una de las expresiones más oídas en el mensaje del Opus Dei ¿podría explicarnos en qué consiste?

Santificar el trabajo significa cooperar con Dios, empleando los talentos que Él nos dio a fin de mejorar el mundo y servir a los demás. Para un cristiano, el trabajo no consiste en la apariencia externa o en la búsqueda del éxito, sino en el deseo de asociar cada día la propia entrega a la ofrenda del redentor. Por tanto, se debe ejercitar en el trabajo las virtudes humanas y cristianas, sobre todo la justicia, el orden, la formación profesional, la generosidad y la constancia.

Mons. Tomás Gutiérrez, vicario del Opus Dei en España // La Razón y Palabra