Queridos hermanos y hermanas:
La oración de bendición que el apóstol Pablo eleva a Dios Padre, en la carta a los Efesios, nos introduce a vivir el tiempo de Adviento, en el contexto del Año de la fe. El tema de este himno de alabanza es el plan de Dios para el hombre, definido con términos de gozo, asombro y agradecimiento, como un “designio benevolente” de misericordia y amor. El apóstol eleva esta bendición a Dios porque ve su obrar en la historia de salvación, cuyo culmen ha sido la encarnación, muerte y resurrección de Jesús, y comprende cómo el Padre nos ha elegido antes de la creación del mundo para ser sus hijos adoptivos, en su Hijo Unigénito, Jesucristo.
El “plan de amor” es definido como “el misterio” de la voluntad divina, escondido y manifestado en Cristo. Dicha iniciativa precede toda respuesta humana, es un don gratuito de su amor que nos acoge y transforma. El acto de fe es la respuesta del hombre a la Revelación de Dios.
Todo esto conduce a una “conversión”, a un cambio de mentalidad, porque Dios que se ha revelado en Cristo, nos atrae hacia Él, dando pleno sentido a nuestra existencia, siendo la roca sobre la que se encuentra estabilidad.
* * *
Saludo a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España, México y otros países latinoamericanos. Invito a todos a ser signo de la acción de Dios en el mundo por medio de la fe, la esperanza, la caridad. El Señor quiere siempre hacer resplandecer nuevamente su luz en la noche. Muchas gracias.
© Copyright 2012- Libreria Editrice Vaticana