Hortensia Núñez Ladevèze ha inaugurado su muestra “El Cantar de los Cantares” en la sala de exposiciones del Arzobispado de Toledo. Pintora y escultora, es miembro correspondiente de la Real Academia Catalana de Bellas Artes de San Jorge.
Hortensia de pequeña siempre tuvo gran inquietud por la belleza. Estudió Decoración y se dedicó profesionalmente, dando también clases en Montelar y Albaydar , obras corporativas del Opus Dei en Madrid y Sevilla respectivamente. Corrían los años cincuenta y en aquellos tiempos no todo el mundo comprendía a los artistas, su sensibilidad, su estilo de vida, el sentido de su trabajo.
En un encuentro con san Josemaría , le planteó una preocupación: Padre, sin orden, sin prestigio y sin apostolado, ¿me puedo hacer santa? En su respuesta, san Josemaría la impulsó a trabajar en el arte, buscando la armonía y le aseguró que llegaría a tener prestigio: ”si no lo tienes, lo tendrás. Te lo digo yo”.
Ha dedicado mucho tiempo a la escultura –la grandiosidad y la forma eran sus metas–. Sus compañeros le decían: Hortensia, tú ves el color, ¿por qué no pintas? Ella lo sabía, pero no quería distraerse de la escultura. Hasta que un día, cansada y sin inspiración, en el estudio, toma la Biblia, lee al azar, el Cantar de los Cantares, se siente conmovida y con la necesidad apremiante de ponerse a pintar.
Con las primeras pinturas, pide opinión a José Hierro (poeta y crítico de arte), quien afirmó al verlos: “tienes, como el dios Jano, dos cabezas, una que mira a la escultura y otra que mira a la pintura.”
Hizo tres intentos de exponer pintura. Una más o menos realista, con bastantes deformaciones estéticas; la segunda fue abstracta porque cogió miedo a los temas, pero le sirvió para suavizar y entender mejor el colorido.
La tercera fue de nuevo una casualidad: se encontró leyendo “ Deus caritas est ”, en la que Benedicto XVI explica el amor eros y el ágape. “Comprendí que tenía que volver a empezar con un enfoque radicalmente nuevo”.
El libro de “El Cantar de los Cantares” tiene como tema principal el amor; es una alegoría del amor de Dios a su pueblo representado a través del amor humano; el amado, Dios, busca su encuentro con la amada, el alma. La muestra es un homenaje al “amor de Cristo por su pueblo y al amor en un sentido más carnal y humano”, explicó la autora, quien afirma que “al leerlo se reabrió un mundo nuevo en mi interior y en mi arte”.
En la inauguración de la exposición estuvo presente don Francisco César García Magán, Vicario Episcopal para la Cultura del Arzobispado de Toledo, que dijo: “se trata de un espacio de diálogo entre la fe, la razón y la cultura, abierta siempre a muestras de una calidad tan enorme como la que nos presenta Hortensia (…) Es otro modo de participar en la nueva evangelización”.