El Jubileo de la adoración infantil llena la Catedral de Tui

Cerca de un centenar de personas —en su mayoría niños— participaron en el Jubileo de los Niños Adoradores, celebrado en el marco del Jubileo de la Esperanza convocado por el Papa. La jornada incluyó adoración eucarística, juegos, talleres y una misa presidida por el obispo D. Antonio José Valín Valdés en la Catedral de Tui.

Jubileo de los niños adoradores

Cerca de 100 personas —en su mayoría niños— participaron en la celebración del Jubileo de la Adoración Infantil, en el marco del Jubileo de la Esperanza convocado por el Papa. 

El encuentro tuvo lugar en el Seminario Menor de Tui, donde se organizaron distintas propuestas: oración ante el Santísimo, juegos, talleres de trabajo en familia sobre el catecismo y el amor a Jesús, deportes como tiro con arco, fútbol, tenis o baloncesto, así como momentos musicales con guitarras y canciones. La jornada concluyó con una caminata siguiendo el curso del río y una misa en la Catedral de Tui, presidida por el obispo diocesano, D. Antonio José Valín Valdés.

La cita estuvo inspirada en las palabras de san Josemaría: «Las grandes audacias son siempre de los niños. ¿Quién pide la luna?» (Camino, n. 857). Este espíritu impregnó todo el encuentro, en el que dos sacerdotes estuvieron disponibles para confesar durante toda la mañana.


Puedes descargar dos PDF con con las oraciones, canciones y pautas que utilizaron es estos talleres: Explicación y materiales


“Jesús, enséñame a rezar”

Ségolène Chapel y Lara Delgado, promotoras de la Adoración Infantil en Vigo, comenzaron a preparar el Jubileo familiar hace más de un año, con el propósito de unir a parroquias y familias que ven en la adoración infantil una oportunidad para que los niños crezcan en una relación personal de amor y cercanía con Dios.

Ségolène y Lara, son supernumeraria y cooperadora del Opus Dei, y como muchas madres quieren y ven la importancia de que sus hijos perciban que la Iglesia es una gran comunidad universal. En esta ocasión, la jornada permitió a muchos niños compartir su fe con otros de su edad y experimentar la alegría de formar parte de una misma familia cristiana.

En el mes de junio, las organizadoras mantuvieron un encuentro con el obispo diocesano para coordinar la jornada, durante el cual se reafirmó la idea de “hacer visible que la diócesis es también familia”. En palabras de Lara Delgado, “el obispo acogió con entusiasmo la propuesta y se ofreció personalmente a celebrar la misa del Jubileo”. La noticia fue recibida con gran alegría entre las madres y catequistas implicadas en la preparación.

Desde el principio, buscaron que el jubileo fuera un momento de fe y de alegría, de juegos y fiesta, porque Jesús es el refugio donde buscar todo lo bueno.

El lema elegido para la adoración infantil, con la que comenzó el encuentro, fue “Jesús, enséñame a rezar”. Niños y adultos dirigieron su oración al Señor presente en la Eucaristía, pidiéndole que les enseñara el Padrenuestro, como hizo con sus apóstoles. Esta oración universal, que une a todos los hijos de Dios, simbolizó también la unidad de la Iglesia reunida en torno a la adoración al Santísimo Sacramento.

Gratitud y la colaboración

La preparación de la jornada puso de manifiesto el valor del trabajo conjunto y la colaboración entre comunidades parroquiales. Numerosas personas y entidades prestaron su apoyo: cuatro sacerdotes acompañaron a las familias a lo largo del día, dos de ellos dedicados al sacramento de la confesión; el rector del Seminario Menor de Tui, D. Antonio, facilitó las instalaciones; el párroco de Santa Marta, D. Alberto, colaboró en la organización y difusión del evento; el fabriquero de la Catedral de Tui, D. Santiago, y el delegado diocesano del Jubileo, D. Daniel, hicieron posible el uso del templo; y muchas personas más que nos apoyaron en mil detalles. 

La experiencia permitió constatar que la vida de fe se construye gracias a la entrega de muchas personas que, de modo discreto, contribuyen a hacer realidad iniciativas como esta.

En definitiva, el Jubileo de la Adoración Infantil fue una jornada que dejó en los niños y en sus familias el deseo de repetir la experiencia. Como dice el Evangelio, «dejad que los niños se acerquen a mí» (Mt 19,14), una invitación que sigue resonando con fuerza en quienes participaron de esta celebración.