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En un partido de rugby, en París, Frank – quien nació en La Pintana, una comuna ubicada en la zona sur de Santiago de Chile, reconocida por ser una de las áreas con mayores desafíos sociales y económicos del país- se preguntó: “¿qué pasó? ¿cómo llegué acá? ¿qué estoy viviendo?”. Esta es la historia de un joven deportista cuyos sueños, según relata, se han ido haciendo realidad.
Cuenta Frank: Tengo 33 años, soy de la comuna de La Pintana (Chile). Estudié en el Colegio Nocedal, soy profesor de educación física, entrenador de rugby, árbitro internacional de rugby. Fui a un intercambio con la Federación Francesa de Rugby, estaba calentando, preparando el partido y fue ese momento en la vida donde me detuve a pensar, ¿qué pasó? ¿cómo llegué acá? ¿qué estoy viviendo?
Contínua Frank: Nací en La Pintana, porque cuando tenía ocho días de vida mi familia se mudó allí. La Pintana es una comuna popular en Chile que normalmente está estigmatizada por su gran índice de vulnerabilidad, por el desempleo, por sus altos índices de drogadicción y alcoholismo, pero también es una comuna súper linda que está llena de sueños, llena de gente soñadora.
La comuna se destaca especiamente en el deporte y eventos culturales: cuenta con un gran teatro que según nos explica Frank, «es la envidia de muchos en cualquier parte del país. En cuanto al deporte, -contínua- hay 47 escuelas deportivas, deporte de alto rendimiento, seleccionados nacionales en distintas disciplinas. Desde que recuerdo, es una comuna que no para de crecer para seguir entregando oportunidades a sus habitantes.
Grandes aprendizajes a través del deporte
En La Pintana, estudié en el Colegio Nocedal. Siempre me gustó hacer deporte y encontré esa parte divertida y positivas. Hoy día, me desempeño principlamente como profesor de educación física, y desde entonces empecé a descubrir el deporte también como una herramienta de transformación social, una herramienta pedagógica. Es lo típico que pasa en un colegio: el profesor que tiene más cercanía con los estudiantes es el profesor de educación física. Esto creo que es por los desafíos que genera el deporte, el trabajo en equipo y el compañerismo.
Específicamente, los deportes como el rugby están llenos de valores. A lo mejor, se ve como un deporte brusco, violento, pero es lo menos violento que existe. Puede ser agresivo, pero nunca se intenta hacer daño a las personas con las que se están jugando, son compañeros de deportes.
Con los alumnos que tengo, sean del Colegio Nocedal o sean de otros lugares, noto cómo tienen un grado de responsabilidad aún mayor que otros. Me parece que formar en valores en la sociedad en la que estamos, llenos de distracciones, con índices altos de sedentarismo, lo que aprenden en el deporte lo terminan pasando a su vida cotidiana.
Y después, ese niño, cuando salga del colegio, estoy seguro de que su camino será más fácil, porque tiene una rutina de vida, de responsabilidad, de compromiso, que lo lleva a romper el individualismo que hay en la sociedad. Esto comienza en el deporte: si no voy a entrenarme con el equipo, no vamos a mejorar; si falto al partido, voy a perjudicar a todos.
La vida como una carrera y un sueño
El deporte se une totalmente a la vida espiritual y a la vida con Dios, porque la vida también es como una carrera o como un contínuo entrenamiento. Hay veces que uno se desmotiva, o que no tiene ganas, o que está cansado, que no obtiene los resultados esperados.
También sucede en el deporte, como en la vida espiritual, que queremos resultados inmediatos, pero ambas cosas requieren constancia y ayuda de Dios. Yo no sería quien soy sino fuera por las oportunidades que me dio el colegio, por la fe que me ha acompañado todo este tiempo y por el apoyo incondicional de mi familia durante estos años.
Al final de la entrevista, Frank nos cuenta que uno sus grandes sueños es tener un impacto en la comunidad: «A los inicios de mi carrera deportiva, si bien era un deporte grupal, me centré mucho en lo individual. Pero en realidad, detrás de ello, siempre tuve el deseo de traer lo que aprendía a la comunidad que me vió nacer y al colegio que me vio crecer. Es uno de mis mayores sueños y ya lo estoy cumpliendo: devolver la mano y seguir ayudando para que más personas en Chile y el mundo puedan conocer este deporte y seguir creciendo a través de él.
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