Juan Pablo II rezó el Ángelus acompañado de cientos de peregrinos que llenaron el patio de su residencia veraniega de Castelgandolfo. Antes de la oración mariana, el Papa habló del Evangelio del día: la visita de Jesús a la casa de Marta y María.

"Mientras Marta está enfrascada en las tareas domésticas -dijo-, María se sienta a los pies del Maestro y escucha su palabra. Cristo afirma que María 'ha escogido la mejor parte, que no le será arrebatada'. Escuchar la palabra de Dios es lo más importante en nuestra vida".

El Papa se refirió a las múltiples ocasiones para escuchar la palabra de Dios: leer las Sagradas Escrituras, rezar en privado o en comunidad, en silencio ante el sagrario y "especialmente los domingos cuando los cristianos están llamados a encontrarse y a escuchar al Señor (...) mediante la participación en la Santa Misa".

"Cuando por la acción del Espíritu Santo, Dios mora en el corazón del creyente, es más fácil servir a los hermanos. Así sucedió de forma perfecta y singular con María Santísima. Le confiamos este período de vacaciones, para valorizarlo como tiempo propicio para descubrir la primacía de la vida interior".