El ángel de la guarda del pueblo de Nules

El último día del año 2022 fue un día teñido por la tristeza para el pueblo de Nules (Castellón). Ese día fallecía, de forma inesperada, el médico José Jaime Canós, una persona muy querida en su pueblo natal y en los alrededores.

Reportaje sobre José Jaime Canós, médico

José Jaime dejó huella en muchas personas. Son muchas a las que trató como médico; era especialista en cáncer de mama, pero también son numerosas, las que por un motivo u otro ayudó, tal y como recoge este vídeo con el testimonio de algunas personas que le conocieron.

Muestra de ello es que el Ayuntamiento de Nules en 2017, le dedicó en vida una calle en un emotivo acto al que asistió lleno de agradecimiento. Al acto oficial asistieron centenares de personas; y con humor, mencionó algunos recuerdos de su vida y del ejercicio de la medicina.

José Jaime Canós junto a familia y amigos el día en el que le dedicaron una calle en Nules.

La iniciativa de dedicarle una calle en su pueblo natal, donde siempre ha vivido, partió de unos vecinos de la localidad que trasladaron este deseo al ayuntamiento. Desde el ayuntamiento, por unanimidad, lo aprobaron y solicitaron previamente un informe al cronista del municipio. El cronista oficial, en su informe aprobó la iniciativa, destacando “el factor humano y su implicación en lograr lo mejor para los pacientes de los centros en que ha trabajado, de forma especial en Nules y poblaciones del entorno”.

José Jaime ha sido un médico muy querido por su dedicación profesional a cada paciente, a cada persona. Cada vez que iba al hospital rezaba por los enfermos que iba a tratar: iba a la capilla antes y cuando se iba. En el despacho compartido tenía una imagen de la Virgen María de los Desamparados que todos los compañeros le respetaron siempre. Rezaba también antes de dar una mala noticia.

Las “nuleres” y “nulers” son testigos del mucho bien que ha hecho desde su profesión, pero también de las muchas iniciativas sociales y educativas que impulsó, como son el Banco de Alimentos, la Asociación Provida e Castellón, la Residencia de la Tercera Edad Virgen de la Soledad o el club Debate 21 de Castelló. También fue consejero de la Caixa Rural, colaborador del Comedor Social del Padre Ricardo y promotor de los colegios Torrenova y Miralvent, donde estuvo en el comité directivo alrededor de 15 años. Además fue vocal de la Fundación Torremayor, que busca becas para los dos colegios.

Jose Jaime decía que a lo largo de su vida ha pedido dinero a mucha gente para poder sacar adelante todas estas iniciativas; y que se ha llevado grandes sorpresas viendo la generosidad de la gente. Contaba cómo hace ya muchos años, encontró a un amigo en Castellón y le explicó que buscaba dinero para un seminario de sacerdotes en Roma; aquella persona se ofreció a ayudar y aquel hombre, que se había comprado un coche de la gama más baja, le dio para ese proyecto un millón de pesetas de aquel tiempo.

Las tres decisiones más importantes de su vida

Jota Jota, como muchos le conocían, nació en Nules en 1953 y estudió medicina en la Universidad de Valencia. Hizo la especialidad de cirugía y obtuvo la plaza en la Seguridad Social. Más tarde hizo el doctorado con una investigación en cáncer de mama.

José Jaime decía que las tres decisiones más importantes de su vida habían sido “imprevistas”: la primera había sido el ejercicio de la medicina, la segunda su vocación como supernumerario en el Opus Dei y la tercera su matrimonio con su mujer, Grisel.

José Jaime conoció el Opus Dei en Valencia “por casualidad”, pues cuando iban buscando otra residencia, se equivocó y entró al Colegio Mayor La Alameda y finalmente allí se quedó como residente. A los tres años pidió la admisión en el Opus Dei como supernumerario.

En una entrevista que le hicieron en Nulespèdia, un medio local, contaba que el Opus Dei le ha enseñado a rezar y que esto sustenta su vida: “es Dios quien me da fuerzas para tener una vida tan activa. A mí me ha ayudado –como decía san Josemaría- ver detrás de cada persona a un hijo de Dios. Siendo hijos de Dios todo cambia: no hay ideologías, no hay situación económica… Todos somos iguales, todos somos hijos de Dios”.

Acostumbrado a enfrentarse a la enfermedad, él mismo tuvo que luchar contra un cáncer, con numerosas intervenciones quirúrgicas que padeció desde 2015. Para hablar del sufrimiento citaba una frase de Paul Claudel: “Dios no ha venido a suprimir el sufrimiento. Ni siquiera ha venido a explicarlo. Ha venido a llenarlo con su presencia. Quedan muchas cosas oscuras; pero hay una que no podremos decirle nunca a Dios: «Tú no sabes lo que es sufrir»”.

El actual presidente de Provida Castellón despedía así a José Jaime en un comunicado tras su fallecimiento: “Ayer los ángeles vinieron de forma inesperada a por “Jota Jota”, como cariñosamente le llamábamos. (…) Nos habíamos acostumbrado a verlo enfermo, pero finalizando las comidas con un importante cigarro habano. Después de casi siete años de lucha contra una enfermedad que él mismo definió como irreversible; sin embargo, erró esta vez el Dr. Canós, pues ha sido su corazón el que se ha detenido, agotado de dar amor y ejemplo a los demás”.

José Jaime era uno más en Nules, disfrutaba de todo lo que rodeaba su entorno, la agricultura, sus huertos de naranjos y viendo los partidos del Villarreal. Este médico que quería ser diplomático, pero que apenas salió de la Comunidad Valenciana, podemos decir ciertamente que llegó muy lejos con su vida cotidiana entregada a los demás.


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