Jacarandá, un centro de desarrollo social en Ecuador

Jacarandá es un árbol tropical de sorprendente color que ha dado su nombre a un proyecto social nacido bajo el impulso de la vida y enseñanzas de san Josemaría Escrivá.

El colegio inauguró unos nuevos locales en el 2001.

Apenas está aclarando el día. La brisa es fresca y Jacinta tiene que andar aún 45 minutos para llegar al punto donde tomará el bus que la llevará a tiempo al colegio. Viene haciendo este recorrido desde hace casi tres años: al inicio, sin muchas ganas; ahora que está en el tercer año de secundaria, va con mucho gusto.

Jacinta es una de las 189 alumnas de Jacarandá, un colegio que ofrece, a jóvenes procedentes de localidades cercanas al núcleo urbano de Guayaquil, un bachillerato administrativo contable, orientado a la creación de micro empresas. En los primeros tres años, las alumnas se capacitan en un oficio manual que tiene reconocimiento oficial del Estado. Un segundo ciclo de esa misma duración se orienta al aprendizaje de los aspectos administrativos de una micro empresa. Al finalizar, obtienen un título técnico que avala su formación profesional. El colegio es una de las cinco iniciativas del Centro de Desarrollo Comunitario Jacarandá.

Los inicios

Al inicio de los años 90, algunos matrimonios que promovían centros educativos para sus hijos, vieron la necesidad de moverse y mover a otros ciudadanos en una tarea de solidaridad y de formación en beneficio de personas más necesitadas.

En el futuro, Jacarandá se propone desarrollar proyectos orientados a mejorar las viviendas familiares.

Empezaron a pensar y a trabajar… El empujón final les vino de la mano del prelado del Opus Dei, mons. Javier Echevarría, cuando en 1996 visitó Guayaquil y les animó a emprender con seriedad profesional y hondura cristiana labores de promoción humana y social. El Prelado se hacía eco de la magnanimidad apostólica con la que san Josemaría ha impulsado a millares de hombres y mujeres de los cinco continentes para que se empeñen en trabajar por los demás. “Tú, por tu condición de cristiano –recordaba san Josemaría–, no puedes vivir de espaldas a ninguna inquietud, a ninguna necesidad de tus hermanos los hombres” (Forja, 453).

Así nació Pro Familia, una fundación privada sin fines de lucro que respalda iniciativas para poblaciones en dificultad, con el fin de promover una cultura asentada en una visión cristiana de la vida. “Aquella llamada e impulso de mons. Echevarría –cuenta Delia Gómez de Marcos, directora del Centro de Desarrollo Comunitario Jacarandá y miembro de la fundación– fue afianzando nuestro proyecto. Al año siguiente comenzamos con una labor de capacitación para señoras y jóvenes, a través de cursos de corte y confección, belleza y manualidades”.

Un colegio y un centro de salud

El colegio Jacarandá inició sus actividades académicas en enero de 2000. Cuenta ya con instalaciones propias, gracias al respaldo de empresarios privados. El sistema de tutorías y la enseñanza de inglés son notas adicionales que hacen atractiva y eficaz la educación allí. Las alumnas pagan una pequeña mensualidad, aunque el costo real es mucho mayor. La diferencia se cubre con becas que ofrecen padres de familia de otros colegios. Por otra parte, Jacarandá ha sido incorporado al proyecto de Comedores Comunitarios del Ministerio de Bienestar Social. Así, cuando las clases terminan, las alumnas reciben un almuerzo y pueden continuar con un programa de refuerzo escolar en aquellas asignaturas que necesitan más apoyo.

En los mismos locales del colegio se alberga un Centro Familiar de Salud (CEFAS), dirigido a atender necesidades sanitarias básicas de las familias con escasos recursos del sector. En el centro se atienden pacientes en las especialidades médicas de pediatría, odontología, cardiología, oftalmología y ginecología. Se prevé que en un futuro cercano se ofrezcan servicios de traumatología y dermatología.

Este centro también cuenta con un laboratorio de análisis y servicio de farmacia. Mensualmente acuden unos 600 pacientes de las zonas de El Batán, Las Delicias, La Aurora, El Cortijo, Buijo, Bastión Popular y otros recintos cercanos. El CEFAS ha sido reconocido por el Ministerio de Salud como punto autorizado de vacunación.

Un centro ocupacional para la mujer

La tercera rama del Centro de Desarrollo Comunitario es el Centro Ocupacional de la Mujer Jacarandá, que organiza talleres de corte y confección, primeros auxilios, manualidades, pastillaje y bordado. Además de la adquisición de habilidades, las beneficiarias terminan con un diploma de acreditación y con una experiencia de formación humana y cristiana que da nuevas perspectivas a su quehacer diario.

El horario, de lunes a jueves de 14:30 a 17:00, es especialmente apto para mujeres que tienen responsabilidades en su hogar o empleos de medio tiempo. Un centenar de mujeres de las zonas aledañas han seguido alguno de estos cursos.

Una guardería y un taller de confección

En la guardería se imparte ayuda psicopedagógica y se trabaja según un proyecto de estimulación temprana.

La Guardería es el cuarto proyecto social del Centro de Desarrollo Comunitario Jacarandá. Actualmente atiende a 50 niños de la zona. El personal, compuesto por cuatro profesoras, está dirigido por una coordinadora general que cuenta con la ayuda de seis voluntarias que hacen las veces de supervisoras de la marcha administrativa y pedagógica.

Para hacer realidad el deseo de que las beneficiarias se conviertan en co-gestoras de los proyectos, nació una quinta iniciativa: el Taller de Confección de Ropa Jacarandá. En el taller se han elaborado uniformes para colegios y empresas, y se ofrece al público en general la confección de todo tipo de uniformes a precios de mercado.

El espíritu que anima a Jacarandá está inspirado en las enseñanzas y el ejemplo de san Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei, quien durante toda su vida predicó el afán por vivir en plenitud la vida cristiana y, como consecuencia, una honda preocupación social. Por eso, el Centro procura dar una formación integral a todas las personas que participan en sus actividades, de manera que –son palabras de san Josemaría– se “realice una labor de formación completa –también cristiana–, con respeto de la libertad personal y con la promoción de la urgente justicia social” (Conversaciones con Monseñor Escrivá de Balaguer, 81). En el futuro, Jacarandá se propone desarrollar proyectos orientados a mejorar la vivienda y otras necesidades de las familias que se encuentran en el perímetro urbano del puerto principal del Ecuador.