Indulgencia plenaria en el Encuentro de las Familias

Benedicto XVI otorga indulgencia plenaria a los asistentes al Encuentro Mundial de la Familia en Valencia, que tendrá lugar en Valencia del 1 al 9 de julio próximos y que contará con la presencia del propio Pontífice en su clausura

Su Santidad el Papa Benedicto XVI concederá indulgencia plenaria a todos aquellos fieles que participen «física o espiritualmente» en el V Encuentro Mundial de las Familias (EMF), que tendrá lugar en Valencia del 1 al 9 de julio próximos y que contará con la presencia del propio Pontífice en su clausura, según un decreto firmado por el penitenciario mayor del Vaticano, el cardenal James Francis Sttafford.

En el mismo, se explica que la indulgencia -que supone el perdón de todos los pecados- se dará a aquellos que «participen con fervor y atención en las diferentes iniciativas y celebraciones religiosas que allí tendrán lugar a favor de la familia, y que, una vez regresados a sus casas, fortificados por la gracia de Dios, se dediquen generosamente a conformar sus familias y las de su prójimo, según las santas reglas del Evangelio».

El decreto, escrito en latín, añade que Benedicto XVI desea que esta reunión sirva para profundizar en el tema escogido para esta ocasión: «La familia, sede de la vida y del amor, iglesia doméstica, en la que los padres transmiten a los hijos el don inestimable de la fe».

La indulgencia se obtendrá según las condiciones tradicionales «de confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del mismo Pontífice, con espíritu desapegado de cualquier pecado y si participan fervientemente en alguna solemne celebración, en el transcurso del EMF en Valencia, y en su solemne clausura».

Aquellos fieles que no puedan participar en el evento, podrían obtener igualmente la indulgencia plenaria si «en los días en los que se celebra y en el día conclusivo, unidos con el espíritu y el pensamiento a los fieles presentes en Valencia, recitan en familia el Padre Nuestro, el Credo y otras oraciones devotas para invocar de la Divina Misericordia las finalidades antes indicadas», concluye el decreto.

ABC