El maestro que veía más allá

Obituario de Fernando Pereira, tercer director general del IESE, escrito por Franz Heukamp.

ABC El maestro que veía más allá (PDF)

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Las instituciones que vamos cumpliendo años, como el IESE, tenemos un deber de justicia y agradecimiento con los que nos han precedido. Crecemos a hombros de gigantes.

Hace unos días despedimos a Don Fernando Pereira, querido y admirado profesor. Doctor Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, Don Fernando fue uno de los apoyos con los que contó Antonio Valero en 1958 para fundar el IESE, escuela de dirección inspirada por San Josemaría Escrivá de Balaguer. Desde los inicios, trabajó en el Departamento de Contabilidad y Control; fue Director General del IESE de 1970 a 1978.

Como profesor, Pereira será recordado como el maestro que consiguió hacer entender la utilidad de la contabilidad para el buen gobierno. Su enfoque y metodología han creado escuela y son una referencia internacional.

Fernando tenía el arte de hacer fácil lo que hasta entonces parecía difícil. En el prólogo de la primera edición del best seller «Contabilidad para la dirección» escribió un sabio y sencillísimo consejo, de gran utilidad para todos los que ejercemos una posición de gobierno: «los problemas complejos se acaban resolviendo con ayuda de un lápiz, una goma de borrar y una cuartilla…». Con su buen hacer impactó en generaciones de personas que han ocupado y ocupan posiciones importantes.

Fernando vivió un momento histórico complicado para el IESE: la durísima crisis del petróleo en España. Como director, consolidó la relación excepcional del Comité Harvard-IESE; puso gran empeño en la creación, en 1978, del IAE, la escuela asociada en Argentina; e impulsó otra, IPADE, recién nacida en México.

Además, durante su mandato, el IESE inició su actividad en Madrid. Era 1974. La forma en la que tomó esta decisión, que pretendía facilitar la formación a los empresarios y directivos de la capital, es muy ilustrativa de su modo de dirigir. Para evitar tomarla solo, posiblemente condicionado, por ejemplo, por su origen madrileño, convocó un comité que le ayudó a decidir colegiadamente. Fernando no entendía la labor de dirección sin la ayuda de su equipo, al que guiaba, sobre todo, con su ejemplo y coherencia.

Pero, más allá de todos estos grandes logros profesionales, alumnos, profesores y colegas recordaremos a Fernando por su sobresaliente humanidad. Fernando fue un amigo que nos ayudó, con la inspiración de su vida buena, fuertemente enraizada en una fe sólida, meditada y serena. Convencido del gran valor e importancia de la amistad se dedicó a servir a los demás. Es asombroso comprobar estos días cuántas personas recuerdan anécdotas con él y ponen de manifiesto sus maneras tan personales y su proximidad.

Las grandes empresas se construyen con el esfuerzo y la motivación de muchas personas. Personas como Fernando que marcan la diferencia y también lo harán en el futuro. Ningún algoritmo, por muy sofisticado que éste sea, podrá cambiar eso.

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Fernando Pereira Soler nació el 24 de diciembre de 1930 en Madrid y ha muerto el 31 de marzo de 2018 en Barcelona. Fue el tercer director general del IESE. Sus colaboradores recuerdan que no entendía la labor de dirección sin la ayuda de su equipo, al que guiaba, sobre todo, con su ejemplo y coherencia. Todavía se tiene presente su primer discurso ante el claustro de profesores, recién nombrado director general, en el que pidió ayuda a sus colegas con un contundente: «Es una orden».