Esto sí que es un milagro

Extracto del reportaje publicado por el diario español "El Mundo" sobre la respuesta del Opus Dei a la deformada imagen que de esta institución de la Iglesia se da en 'El Código Da Vinci'.

UN PROYECTO de ayuda a Africa, la publicación de «Opus Dei» y de «Camino», 21.000 visitas diarias en su web... Cómo La Obra está logrando sacar partido a «El Código Da Vinci» que tanto ha criticado

Mientras mi cara esté en la portada, no me importa lo que digan de mí en la página 17». El Opus Dei parece haber adoptado esa máxima del cantante de los Rolling Stones, Mick Jagger. Claro que a la Prelatura fundada por José María Escrivá de Balaguer no le queda otro remedio. El 17 de mayo se presenta en Cannes la versión cinematográfica de El Código Da Vinci, un libro que hasta agosto pasado había vendido 36 millones de copias en 44 idiomas y que ha convertido a su autor, el cantante frustrado Dan Brown, en una de las cien personas más influyentes de EEUU según la revista Time.

Va a ser la película del año. Y en ella, los malos, son, en general, los católicos. Y los malísimos, asesinos incluidos, los miembros de la Obra, que es como quienes pertenecen al Opus llaman a la organización. Todos están involucrados en una conspiración para falsear la vida de Jesucristo, que se casó y tuvo hijos con María Magdalena- una tesis ya insinuada en La Ultima tentación de Cristo-.Y, quien se encarga de liquidar a los que saben demasiado es un miembro de la Prelatura.

Así que no es de extrañar que el entusiasmo de los del Opus por la película -producida por el estudio Columbia, que es a su vez propiedad de la multinacional japonesa Sony- sea más bien inexistente. Sobre todo después de que Sony se haya negado a eliminar del filme las referencias a la Obra y a la Iglesia.

Sony contra el Opus. Eso es lo que parece a primera vista. Como señala el portavoz de la Obra Marc Carroggio: «Imaginemos que una película dijese que Sony-Columbia no es lo que hasta ahora creíamos, sino una secta asesina. No creo que se contentasen con un cartel que dijera: "No se preocupen, es sólo ficción".Estoy seguro de que amenazarían con una denuncia».

PABLO PARDO // Washington