“La familia, añadió, es el lugar propio para adquirir actitudes socializadoras que se proyectarán después en las relaciones interpersonales”.
“En cualquier disputa familiar encontramos a escala los elementos de los conflictos: rencor, dolor, verdad, reconocimiento, reparación, generosidad y tolerancia a la imperfección ajena”, dijo también este experto que cuenta con estancias de especialización en Washington DC (United States Institute for Peace) y cursos en Rumanía, Honduras, Guatemala y Uganda.
Cárdenas, especialista en Conflictos Armados y Gestión de Crisis, destacó también el papel de los medios de comunicación para “potenciar la capacidad de convivir con todos, para comprender, disculpar y perdonar”.
Según este experto de la Schengen Peace Foundation, que promueve estudios interdisciplinares sobre la paz, “los medios de comunicación pueden favorecer un clima de entendimiento o crear un conflicto sin base suficiente”.
Señaló que “no es legítimo responder al fanatismo con fanatismo” y destacó que “el mal se vence con el bien, y la mentira con la verdad, no con la violencia”. De otra forma –añadió- “el ciclo violento de ofensa y venganza supone que el odio pasa de una generación a otra”.
Cárdenas afirmó que “la familia y la sociedad deben cerrar bien sus heridas, evitar coser sin desinfectar”. Destacó que es necesario educar en el perdón y afirmó que “la memoria no es venganza ni olvidar equivale a perdonar”.
En su opinión, “perdonar no significa renunciar a la justicia y a la verdad y supone “dar un bien después de recibir un mal, que impide la revancha y purifica la memoria”.
Se preguntó si se puede perdonar lo imperdonable, lo irreparable y lo inolvidable, y respondió afirmativamente, ya que “ahí es donde el perdón alcanza su pleno sentido, pues la justicia sola nunca podrá restablecer el equilibrio destruido por la ofensa”.