En la sierra de Guadarrama...

Hace tres años, desde el Club Argüelles empezaron a atender una catequesis en Los Molinos, un pueblecito de la sierra de Guadarrama.

La catequesis ha ido creciendo poco a poco. "El primer año acudían dos o tres chicos del pueblo. El segundo, cuatro o cinco... cuando venían, porque algunos sábados no aparecía nadie: al cabo de un rato de espera, nos volvíamos a Madrid con una sonrisa. Los catequistas sabíamos que era un fracaso sólo aparente, porque nosotros habíamos cumplido nuestro deber. Los chavales ya vendrían cuando Dios quisiera. Y entonces, serían muchos.

De todos modos, había que poner todos los medios ‑sobrenaturales y humanos‑ para atraerlos. Después del invierno, tomamos varias medidas: en primer lugar, cambiamos el horario, que pasó de la tarde de los sábados a las mañanas. Luego, habría partido de fútbol y algún juego divertido; y les animamos para que invitaran a sus amigos. Por nuestra parte, hablamos con los padres del alumno que había sido más constante, para que diesen a conocer la catequesis entre otras familias.

Lo definitivo fue una visita que hicimos a la Virgen del Cerro del Espino, patrona del pueblo, para rezar por el futuro de la catequesis. Desde ese día, el ritmo cambió completamente. Después de haberlo puesto en manos de la Virgen, empezamos con el nuevo plan y el efecto eco ‑que en los pueblos tiene bastante eficacia‑ hizo que la noticia llegara hasta el último rincón de Los Molinos: así fue aumentando el número de alumnos. 

Enseguida tuvimos cierta amistad con esos chicos y con sus familias, y de vez en cuando quedábamos con ellos para hacer una excursión en bicicleta, o al monte. En un descanso de esas salidas dedicábamos un rato a estudiar el catecismo; además, nos permitían conocer mejor a los muchachos, así como enseñarles de modo práctico a rezar durante el día y a preocuparse de los demás. 

En varias ocasiones han venido algunos padres a estas excursiones. Otros, aunque no nos acompañen todo el día, nos llevan en sus coches hasta el lugar donde empezará la caminata. En cualquier caso, estos planes dan oportunidad de hablar con ellos sobre sus hijos, la vida cristiana, el Club, San Josemaría y el Opus Dei... El ambiente que se ha creado es muy bueno: de vez en cuando, por ejemplo, tenemos la catequesis en la casa de alguno de los alumnos, y después una buena merienda. Eso da idea de cómo los chavales se han hecho amigos entre sí, y de cómo sus padres agradecen y alientan la labor de la catequesis.

Este curso hemos enriquecido nuestro plan de los sábados. A partir de la catequesis, hemos montado prácticamente un Club juvenil, con toda la carga formativa que eso supone: cada semana procuramos hablar con todos los asistentes para ayudarles a asimilar la doctrina y poner en práctica las virtudes. También procuramos formarles en la piedad, yendo a la iglesia del pueblo para hacer unos minutos de oración ante el Sagrario. El párroco de Los Molinos dice que la catequesis está revitalizando el ambiente espiritual de su parroquia. 

Durante el curso 2006‑2007 en vez de dos grupos de alumnos, como hasta ahora, vamos a atender tres. Nuestro reto para este año es comenzar un medio de formación cristiana para los padres de los alumnos. Ya hemos hablado con algunos y están dispuestos, porque entienden muy bien que la fe debe ser transmitida a los chicos principalmente en el propio hogar".