El verano de 1941

Francisco Ponz. MI ENCUENTRO CON EL FUNDADOR DEL OPUS DEI. Madrid, 1939-1944

Durante el verano continué viviendo en Jenner, con mucho estudio y exámenes, y pude terminar la carrera de Ciencias Naturales entre las convocatorias de junio y septiembre. Pasé también algunos días en Huesca, con mi familia. Entre tanto, el Padre seguía con viajes a diferentes ciudades del país y se entregó intensamente a la formación espiritual de los miembros Del Opus Dei, organizando para ellos varios cursos de retiro en Diego de León, bajo la ardiente canícula madrileña. Desde finales de junio hasta san Fermín estuvo en Pamplona atendiendo a sacerdotes de esa diócesis. Allí fueron a verle algunos de la Obra que andaban por Bilbao y San Sebastián.

Del 9 al 15 de julio tuvo lugar el primer curso de retiro de aquel verano en Diego de León, al que asistí. Como sobre el oratorio estaba la terraza, y el sol madrileño era fortísimo, algunos días echábamos sobre ella baldes de agua, como primitivo sistema de refrigeración que nos permitía la ilusión de aliviar los rigores del calor. Las altas temperaturas exteriores se quedaban sin embargo muy cortas en comparación con el fuego de amor de Dios y afán de almas que las palabras del Padre prendían en nuestros corazones. A ese curso de retiro siguieron otros tres. Y en el mes de agosto predicó también algunos cursos de retiro para mujeres.

La residencia de Jenner siguió siendo atendida por el Padre. En medio de todo su trabajo, se las arreglaba para ir al menos semanalmente a celebrar la Santa Misa y renovar el Santísimo Sacramento, y algún otro día para comer o cenar y estar un rato con los pocos que habíamos quedado. Los residentes se fueron yendo casi todos en los primeros días de julio.

En agosto y septiembre llegaron abundantes peticiones de plaza para nuevos residentes. La residencia de Jenner era ya bastante conocida y las solicitudes superaban en mucho a las plazas disponibles. A finales de verano se confirmó que un buen grupo de estudiantes del Opus Dei pasarían a Diego de León para recibir junto al Padre una más intensa y directa formación. Afortunadamente, yo era uno de los que se trasladarían. También se produjeron otros cambios: el Padre dispuso que Justo Martí, que durante el curso 1940-41 había dirigido Jenner, fuera a Valencia para ocuparse de la residencia de estudiantes de Samaniego, ya que Pedro Casciaro, hasta entonces su director, se haría cargo del nuevo Centro de Diego de León. Teodoro Ruiz y Juan Antonio Galarraga se encargaron sucesivamente de la dirección de Jenner. Álvaro dejó Lagasca y pasó a un nuevo centro en la calle de Villanueva.

Al final del verano, Juan Jiménez Vargas nos animó a unos cuantos a ir por las tardes a Diego de León para hacer ejercicios gimnásticos en el jardín. Tardé algo en saber que Juan había publicado un método de gimnasia. Nos decía que esa actividad era provechosa desde muchos puntos de vista y consiguió que pusiéramos empeño y continuidad, aunque se tratara de ejercicios muy elementales. La gimnasia continuó algún tiempo, cuando ya vivíamos en Diego de León, ante el asombro un tanto escéptico del director, Pedro Casciaro, que no era un entusiasta de esas prácticas. Alguna vez, el Padre, sin dejarse ver, nos contemplaba divertido.

Durante el mes de septiembre, fueron a Diego de León la mayor parte de los que iban a vivir allí, y llegaron a Jenner los residentes antiguos que tenían exámenes y los que iniciaban sus estudios. El 4 de octubre vino el Padre a Jenner para charlar con los residentes veteranos y conocer a los nuevos. Estaba algo enfermo, pero sus deseos de verles y hablarles de la labor y del espíritu de la residencia eran grandes y no dudó en acudir. Los residentes estaban encantados con él. Los que no le conocían comentaban después que el Padre tenía algo muy especial que se ganaba sus corazones. La visita vino muy bien para caldear el ambiente espiritual, pues en Jenner habían quedado muy pocos de la Obra; aunque, como uno comentó, contando con los ángeles custodios la proporción cambiaba por completo. Ese mismo día 4 terminé felizmente la Licenciatura en Ciencias Naturales. Y a finales de octubre, con una inmensa ilusión por volver a vivir junto al Padre, dejé yo también Jenner para irme a Diego de León.