El Papa dice que la familia necesita ayuda para su estabilidad y desarrollo

El Papa Juan Pablo II ha transcurrido cinco días en Croacia, donde, entre otros actos, tuvo lugar una Santa Misa ante 100.000 personas el pasado 8 de junio.

Juan Pablo II saluda desde el papamóvil a miles de croatas que salieron a las calles de Rijeka a saludarlo. FOTO: AP.

El tema de la celebración eucarística en este domingo de Pentecostés fue la familia. Juan Pablo II recordó que estaban reunidos "a los pies de la colina sobre la que se levanta el Santuario de Trsat, donde según una devota tradición fue custodiada la casa de la Virgen María. El dulce recuerdo de la vida de Jesús, María y José en Nazaret nos recuerda la belleza austera y sencilla y el carácter sagrado e inviolable de la familia cristiana".

"La familia -continuó- requiere también hoy en Croacia una atención privilegiada y ayudas concretas que favorezcan y tutelen su constitución, desarrollo y estabilidad. Pienso entre otras cosas -dijo- en el grave problema del hogar y del empleo. No hay que olvidar que ayudando a la familia se contribuye también a la solución de otros serios problemas, como por ejemplo la asistencia a los enfermos y a los ancianos, el freno a la difusión del crimen y el hallazgo de un remedio ante el uso de la droga".

Dirigiéndose a las familias cristianas, el Papa exhortó a "no tener miedo para proponer, sobre todo con el testimonio de vuestra vida, el auténtico proyecto de Dios para la familia como comunidad de vida fundada en el matrimonio, es decir, en la unión estable y fiel de un hombre y de una mujer, unidos por un vínculo públicamente manifestado y reconocido. Tenéis que ocuparos con responsabilidad de la educación humana y cristiana de vuestros hijos, recurriendo también a la ayuda experta de educadores y catequistas serios y bien formados".

"¡Sed un pueblo de esperanza! ¡Sed un pueblo que reza!"

"La sociedad actual -subrayó- está dramáticamente fragmentada y dividida. Precisamente por eso, está tan desesperadamente insatisfecha. Pero el cristiano no se resigna frente al cansancio y la inercia. “¡Sed un pueblo de esperanza! ¡Sed un pueblo que reza!".

El Santo Padre aseguró a los fieles que "el deseo de Cristo es que todos sean uno en El, para que todos experimenten la plenitud de su alegría. (...) Por este motivo, El ha enviado, junto con el Padre, el Espíritu Santo. El Espíritu obra incansablemente para superar todas las divisiones y sanartodas las heridas".

El Papa imploró los dones del Espíritu Santo "para todos los cónyuges cristianos de Croacia, para que con su donación recíproca, fieles a los compromisos asumidos en el matrimonio y en el servicio a la causa del Evangelio, sean un signo del amor de Dios por la humanidad".

Vatican Information Service (Ciudad del Vaticano)