"No teníamos prácticamente medios, excepto un poco de sentido común y espíritu cristiano. Debíamos hacer algo para elevar el nivel de vida de 12.000 personas de la zona, sobre todo de las mujeres" afirma Nelly Tshela, una joven congoleña, licenciada en derecho, que dirige el Programa de Acción Social en Kimbondo, uno de los barrios periféricos de Kinshasa, capital de la República Democrática del Congo. Los promotores del proyecto, nacido hace 10 años, se han inspirado en las enseñanzas de san Josemaría Escrivá de Balaguer sobre la santificación de las estructuras temporales por medio del trabajo ordinario. "Un hombre o una sociedad que no reaccionen ante las tribulaciones e injusticias no son un hombre o una sociedad a la altura del amor del Corazón de Cristo" afirmaba el fundador del Opus Dei.
"De tribulaciones e injusticias en Kimbondo encontramos unas cuantas. Como los otros barrios periféricos de la capital congoleña, habitados por campesinos, Kimbondo ha visto en los últimos 10 años crecer el paro y la miseria, siendo también cómplice la guerra civil. Nos ha impresionado particularmente la situación de las mujeres. Hemos sentido la necesidad de ayudar a estas mujeres, que vivían en condiciones precarias y seguían costumbres ancestrales que las relegaban a una posición de inferioridad" dice la doctora Tshela. "Las mujeres de aquí han recibido, en el mejor de los casos, una instrucción muy elemental. Para mejorar su posición deben, ante todo, descubrir la necesidad de aprender cosas nuevas, incluido a veces el aprender a leer y escribir. Al principio tiene dificultades en apreciar la formación profesional que reciben, porque el único horizonte que ven son los trabajos agrícolas y la sustentación de la familia. Pero cuando empiezan a adquirir conocimientos útiles que las ayudan, se despierta el deseo de una mejor calidad de vida."
La directora del programa describe así el método utilizado para mejorar la condición de la mujer: "Hay que promover el sentido común en cada mujer que ayudamos. Por medio del diálogo, hablando de los problemas, se aprende cómo trabajar; se descubren nuevos horizontes. En particular, ofrecemos cursos de costura y artesanía. También hemos trabajado en el campo agrícola. También ofrecemos lecciones de doctrina católica y moral a quien lo desea y las mujeres tienen la posibilidad de recibir atención pastoral de los sacerdotes de la Prelatura del Opus Dei”.
Una de las iniciativas promovidas por el Programa Acción Social en Kimbondo está dirigido en particular a las jóvenes. Se trata del Lycée Professional Kimbondo, una escuela de corte y confección nacida en septiembre de 1997. "El objetivo de la escuela es enseñar a las jóvenes una profesión que les permita mejorar su calidad de vida. Las chicas además de la profesión de modista reciben instrucción para llegar a ser instructoras rurales, para difundir a otras personas lo que han aprendido" recuerda la doctora Tshela. "En Kimbondo el desarrollo es posible, pero las mujeres se tienen que comprometer a ello. Esta ha sido nuestra fuerza desde el principio. El desarrollo no se estudia: se realiza… por medio de la entrega personal. Esta es nuestra filosofía" concluye la responsable del Programa.