El Colegio Mayor Zurbarán entre bastidores

Hacer teatro puede ser una buena forma de ayudar a los demás. Cada año, las residentes del Colegio Mayor Zurbarán que participan en la actividad de Teatro Solidario salen a escena por una buena causa.

La imaginación puesta al servicio de la solidaridad da resultados tan prometedores como este. Por un día, las personas mayores se convierten en espectadores de una obra de teatro puesta en escena especialmente para ellos. Esto es Teatro Solidario, una actividad que surgió de la iniciativa de las residentes del Colegio Mayor Zurbarán, para representar obras de teatro para ancianos. Podría pensarse que hay cosas más urgentes, pero pensar en nuestros mayores es importante y ofrecer un espectáculo teatral es una opción interesante y que, sobre todo, ha encantado a los destinatarios.

Las artífices del solidario montaje son 20 residentes del Colegio Mayor Zurbarán (Madrid), estudiantes de diversas carreras,. Unas colegialas ponen la cara actuando, otras diseñan los decorados y vestuario, y otras son las encargadas de rematar los últimos detalles y apaciguar los nervios. Todos los esfuerzos son pocos para lograr que la representación teatral de una comedia lleve una nota de alegría a una residencia de ancianos. Además, se trata de hacer compatible el empleo de este tiempo con buenos resultado académicos.

Todos los esfuerzos son pocos para lograr que la representación teatral de una comedia lleve una nota de alegría a una residencia de ancianos

En el Colegio Mayor Zurbarán iniciaron los preparativos de la comedia a mediados de octubre. Las “artistas” eligieron la obra  'Eloísa está debajo de un almendro', del dramaturgo español Enrique Jardiel Poncela, pensando en una obra clásica con la que todas las personas mayores pudieran disfrutar. Tras muchas horas de ensayos, montaje de decorados y costura de los vestidos, el gran estreno tuvo lugar en la Residencia Hermanitas de los ancianos desamparados, ubicada en el centro de Madrid.

El panorama era curioso. Un salón abarrotado de ancianos. Unos más trajeados que otros. Y todos con los nervios a flor de piel, dispuestos a disfrutar con este regalo, hasta que una de las residentes exclamó: “Se abre el telón, va a comenzar la función’. Itziar Guereca es la directora del proyecto Teatro Solidario. No solo ha dirigido a las residentes del Colegio Mayor Zurbarán sino que decidió involucrarse también como actriz e interpretó a Clotilde, una de las protagonistas. “Me costó aprenderme el papel de mi personaje pero me encantó ver a todos los ancianos emocionados porque hacía años que no disfrutaban de una obra de teatro. Incluso había quienes nunca habían asistido a una”. 

La gratificación ha sido por ambas partes. La satisfacción de lograr representar una obra de teatro es un estímulo para universitarias principiantes e inexpertas en estas lides, pero que suplen estas carencias con esfuerzo e ilusión para dar su tiempo y sus cualidades a unos ancianos muchas veces relegados por la sociedad. Trabajar en una obra teatral concita esfuerzos y propugna valores de trabajo en equipo y, en este caso, además de una solidaridad llena de belleza. Por otra parte, los ancianos están encantados de poder disfrutar con un espectáculo teatral y percibir que los jóvenes no se olvidan de los que han construido la sociedad en la que viven.

En el fondo de esta iniciativa está el mensaje y el impulso de San Josemaría que, en el año 1967, contestaba así al  periodista Andrés Garrigó a una pregunta sobre los ideales sociales de los universitarios “la Universidad no debe formar hombres que luego consuman egoístamente los beneficios alcanzados con sus estudios, debe prepararles para una tarea de generosa ayuda al prójimo, de fraternidad cristiana”.

 El Teatro Solidario del Colegio Mayor Zurbarán consiguió que ese día más de 45 ancianos disfrutaran de una jornada especial, entre risas, aplausos, los pros y contras del directo y una gente joven empeñada en dedicar su tiempo a unas personas a las que debemos mucho.