El Código Da Vinci decepciona a la crítica

Selección de críticas cinematográficas de la prensa nacional e internacional sobre la película "El Código Da Vinci" en "Aceprensa"

La esperada gran producción de Columbia (125 millones de dólares sin contar gastos de marketing) sobre el bestseller de Dan Brown ha aburrido y decepcionado a los críticos que la han visto en Cannes, donde ha sido la première mundial.

La polémica provocada por la película parece a la postre artificial al crítico del New York Times, A.O. Scott. "Parte de la ingeniosa estrategia de marketing de Columbia ha sido estimular meses de debate y especulación sin permitir a nadie ver la película hasta el último minuto".

Dejando aparte las teorías de Brown sobre los orígenes del cristianismo, dice Scott, El Código Da Vinci es una película de intriga policiaca. "Y como tal, una vez que arranca, tiene sus momentos divertidos". Pero tarda mucho en arrancar y es muy larga: "Es una de las pocas adaptaciones cinematográficas de un libro que puede llevar más tiempo ver que leer".

La pareja protagonista, Tom Hanks y Audrey Tautou, es plana. Por fortuna, aparece luego Ian McKellen, en el papel de Leigh Teabing, para dar un poco de vida a la película con una interpretación histriónica ("Teabing es chispeante y paternal, y al momento siguiente aúlla enloquecido"). "Un poco más de esto -un sentido más fino de su propia ridiculez- habría dado a El Código Da Vinci un poco de la ligereza de un anticuado thriller europeo de alta sociedad".

En cuanto al fondo de la trama, "[el director Ron] Howard y [el guionista Akiva] Goldsman manejan el supuestamente provocativo material del libro de Brown con guantes de seda, para finalmente establecer unas conclusiones nada atrevidas, presentadas con la aburrida sentenciosidad de costumbre. Por eso, desde luego no apoyaré ninguna incitación al boicot o la protesta contra esta recargada, trivial e inofensiva película. Lo que no quiere decir que les recomiende ir a verla".

Por su parte, Kirk Honeycutt (The Hollywood Reporter) cree que las conclusiones de la película parecerán a unos mejores y a otros aún más forzadas que las tesis del libro. Como ejemplo de lo segundo, anota: "La revelación final causó algunas risas en el primer pase de prensa".

Honeycutt, por lo demás, también considera la película poco entretenida. "La trama avanza no gracias a sus personajes, sino a base de soluciones a enigmas, descifrado de mensajes, interpretación de referencias encubiertas en obras de arte y deslumbrantes muestras de erudición histórica, todo lo cual funciona muy bien en la novela pero frena toda acción en la pantalla. El personaje de Hanks es demasiado secundario y contemplativo para el héroe de una película de acción, y los que deambulan entrando y saliendo de su órbita son clichés que se mueven con asombrosa simpleza".

Con personajes que parecen abstracciones más que seres de carne y hueso, un punto débil es la motivación. "¿Por qué huye el inocente profesor [Langdon]? ¿Por qué se muestra Sophie tan dispuesta a ayudarle? ¿Por qué alguien hace lo que hace cuando tantos personajes y subtramas resultan ser pistas falsas?". En fin, "El Código Da Vinci en ningún momento se eleva al grado de placer malicioso. Demasiada malicia. Demasiado poco placer".

Diego Galán, enviado especial a Cannes de "El País", escribe: "152 minutos de proyección en los que la película da vueltas y vueltas sobre sí misma, provocando por momentos la sospecha de que pudiera tratarse de una historia interminable. Lo que al principio tiene el encanto de un dinámico filme de aventuras, va dando paso a una peripecia enrevesada y confusa. Ésa fue, al menos, la impresión dejada tras su primer pase, con el que ha inaugurado Cannes, al parecer más tentado por la repercusión del escándalo que por criterios de calidad cinematográfica".

Lo peor de Cannes

En su crónica desde Cannes para "Frankfurter Allgemeine Zeitung", Verena Lueken comenta: "Veinticuatro horas dura esta búsqueda del Santo Grial en el libro. Así de larga se hace exactamente en el cine, aunque la película dure dos horas y media. Y no será por falta de presupuesto. No se han escatimado costes para llevar a la pantalla la historia de la familia fundada por Jesucristo.

"Tras esta inauguración, el listón para las películas que se exhiban en el Festival de Cannes ha quedado por los suelos. Todo lo que venga ahora va a ser más interesante. Lo peor, puede decirse con total seguridad, ya ha pasado".

Según Borja Hermoso, de "El Mundo", más que de El Código Da Vinci, tenemos que hablar hoy… de 'El fiasco Da Vinci'". Prosigue: "La acogida de El Código Da Vinci aquí, en La Croisette, ha sido mucho menos que discretita. En el primer pase de prensa, pitos y hasta alguna risa. En el segundo pase, un educado silencio. Eso sí, por la mañana, una monja con una cruz se paseaba por los alrededores del Palacio de Festivales. Y en una iglesia de Niza, unos curas han organizado una misa para rezar por los pecadores que han hecho esta película. En mi modesta y descreída opinión, han pecado, sí, pero de pelmazos".