‘Del exilio a Dios’, nueva biografía de la poeta Ernestina de Champourcin

“Porque es tarde, Dios mío/ porque anochece ya/ y se nubla el camino;/ porque temo perder/ las huellas que he seguido:/ no me dejes tan sola/ y quédate conmigo”. (Emaús. El nombre que me diste, 1960). Éste y otros versos de la poeta de la Generación del 27 Ernestina de Champourcin jalonan la biografía escrita por la historiadora Beatriz Comella.

Libro editado por Rialp.

“Ernestina de Champourcin, del exilio a Dios” (Ed. Rialp) es el título de una breve biografía de la poeta publicada recientemente. La autora, Beatriz Comella, ha incluido además una selección de poemas espirituales que ilustran la evolución literaria de la escritora, dividida en cinco apartados: Búsqueda, Encuentro, Diálogo, Cercanía y Compartir.

Ernestina de Champourcin (1905-1999) fue una de las pocas mujeres que perteneció a la Generación del 27. Desde joven, trabó amistad con algunas de las figuras literarias más relevantes: Rafael Alberti, Manuel de Altolaguirre, Luis Cernuda, Gerardo Diego y, especialmente, Juan Ramón Jiménez, de quien se consideraba discípula.

Casada con el poeta Juan José Domenchina, tuvo que exiliarse a México al término de la Guerra Civil. El dolor, sufrido junto a su esposo, se reflejó en muchos de sus poemas (“Adiós a lo que fuimos./ Aunque tú me acompañas/ sé que roza mi hombro/ otro tú diferente”). Pero el exilio ayudó a Ernestina a cuestionarse en serio su vida espiritual y reemprendió la búsqueda de Dios, una de las constantes de su poemario.

Buscó la santidad

A principios de los años 50 conoció el Opus Dei y, poco más tarde, solicitó la admisión. Procuró la santificación del trabajo ordinario, como poetisa y traductora. Colaboró también en actividades de promoción social en un barrio marginal de la capital azteca. En 1970 tuvo oportunidad de saludar a san Josemaría Escrivá en México D.F., quien le dijo que conocía su obra poética y le ayudaba a hacer oración.

Publicó 19 poemarios, recibió el Premio Mujer Progresista en 1992 y en 2000 -ya a título póstumo- fue homenajeada por el Ateneo de Madrid. Desde 1995, la Diputación Foral de Álava convoca anualmente el premio Ernestina Champourcin de poesía.

El libro recoge una selección de poemas como el siguiente:

Si Tú quieres, yo quiero.

-Y la cuesta se empina

mientras lo voy diciendo.

Iré si vas conmigo.

-Qué hondo es el silencio-.

Pero sé que eres fiel.

Voy despacio, subiendo...

Aunque no vuelvas más,

si Tú quieres, yo quiero.

(Poemas del ser y del estar, 1972)