Costa Rica: un grupo de estudiantes inician una nueva labor social

La Carpio es un barrio de San José de Costa Rica de 28.000 habitantes, muchos de ellos inmigrantes nicaragüenses. Más del 50% de la población vive en condiciones difíciles o de extrema pobreza.

San José de Costa Rica.

La Labor Social de La Carpio comenzó en julio de 2003, cuando algunas jóvenes profesionales y universitarias que frecuentaban el Centro de Complementación Educativa Lari decidieron llevar a cabo un proyecto de desarrollo integral basado en principios cristianos. Para poner en práctica este empeño, las voluntarias dedican cada semana varias horas de su tiempo a la gestión, preparación y administración de las clases. A veces se requiere una buena dosis de esfuerzo y dedicación, pero no piensan que hacen algo extraordinario sino que más bien cumplen con su deber de ciudadanas. Tienen claro lo que expresaba san Josemaría: “Si el Señor te ha dado una buena cualidad ―o una habilidad― no es solamente para que te deleites, o para que te pavonees, sino para desplegarla con caridad en servicio al prójimo”.

El trabajo desarrollado en La Carpio ha pasado por distintas etapas y modalidades. A lo largo de 2004, gracias a un convenio con la Universidad de Costa Rica, la labor social se ha profesionalizado. Actualmente, un numeroso grupo de madres de familia se forman en talleres de manualidades y asisten a cursos prácticos que las motivan y las preparan para ser microempresarias. De este modo, obtienen mejores oportunidades y contribuyen a elevar el nivel de vida familiar. “Yo no he tenido estudios”, declara María de los Ángeles, “pero estos cursos me han ayudado a no decir que no puedo, y a tener el valor de enfrentarme con nuevos retos; espero que estas jóvenes sigan viniendo a La Carpio porque me han ayudado mucho”.

A las asistentes se les proporciona todo el material necesario para sus clases. Como es frecuente que muchas madres asistan a los talleres con sus niños pequeños, las voluntarias organizan actividades para ellos, como juegos y otras formas de entretenimiento, de modo que los pequeños disfruten mientras la madre está ocupada.

Además de las clases, las alumnas reciben algunas charlas sobre temas decisivos para una madre de familia: educación de los hijos, nutrición, administración económica del hogar, etc.

Logo del Trabajo Comunal Universitario: estudiantes y profesores realizan actividades en diferentes sectores de la comunidad, con el propósito de contribuir en la mejora de los principales problemas de la sociedad costarricense.

El convenio acordado con la Universidad de Costa Rica prevé que cada semestre un grupo de estudiantes desarrolle en La Carpio su Trabajo Comunal Universitario, un requisito necesario para la graduación. “Este hecho ha supuesto una enorme ventaja para La Carpio, ya que las clases han pasado a ser impartidas por estudiantes de muy distintas carreras y se puede ofrecer así una experiencia mucho más global y enriquecedora. Por otra parte, la Universidad ha canalizado de este modo las inquitudes solidarias de muchos por participar en proyectos de promoción humana”, sostiene una de las profesoras.

A raíz del convenio, muchas universitarias han asistido a la difícil realidad en la que viven las personas pobres y sin capacitación, y han descubierto los problemas sociales y familiares que la falta de un trabajo estable trae consigo.

Cinthia Herrera, estudiante de Odontología, comenta su experiencia: “Ha sido algo excelente, no esperaba que fuera así. Es realmente bonito y enriquecedor aportar lo mejor de sí en la promoción de las personas. Si no fuera por este proyecto, jamás habría conocido este barrio y la situación en que la vive mucha gente de mi ciudad”.