Coleccionista de sellos

Biografía de ISIDORO ZORZANO LEDESMA. Ingeniero Industrial. (Buenos Aires, 1902-Madrid, 1943) por José Miguel Pero Sanz.

En junio (1925), Isidoro aprueba el curso sin contratiempos. Los exámenes coinciden con un evento de gran interés para los estudiantes de carreras técnicas: el día 17 Alfonso XIII inaugura la nueva emisora de la Sociedad Unión Radio. Muchos madrileños se congregan junto a los altavoces instalados por la ciudad, para escuchar el discurso del Rey, que por primera vez habla ante los micrófonos.

Respondiendo a la realidad o a una simple anotación burocrática, en este verano de 1925 su cartilla militar dice que Zorzano «se incorporó a servir el 2º plazo el día 1 de julio, cumpliendo el 31 de agosto marcha de nuevo con licencia ilimitada expidiéndosele el correspondiente pase». (Dentro de unos meses se añadirá: «1927. Cumpliendo este individuo los tres años de servicio, el día 31 de enero le corresponde pasar a la 2ª situación, causando baja en la fuerza activa del Regimiento». En la página titulada «Correcciones que se le han impuesto», dice «Ninguna». Los sujetos en «segunda situación» deben pasar revista militar todos los años hasta obtener la licencia absoluta, pero ya están facultados para contraer matrimonio.) En sentido inverso, su hermano Paco a partir del 2 de septiembre residirá en la Academia de Infantería de Toledo, donde por fin ha conseguido ingresar. Isidoro, sus hermanas y su madre asistieron a la jura de bandera.

Por estas fechas, la Legión y las unidades de Regulares —en las que, a la vuelta de los años, servirá el futuro teniente Francisco Zorzano— desembarcan en la bahía de Alhucemas. Participan fuerzas de tierra, mar y aire; también colaboran unidades navales francesas. El cabecilla moro Abd-el-Krim huye y queda rehabilitado el prestigio del Ejército español, por los suelos desde el desastre de Annual.

En el mismo mes de septiembre, Isidoro abona el tercero y último plazo —500 pesetas— de su cuota militar. El desembolso, con el sacrificio que supone, hace aflorar de nuevo la conciencia de las dificultades económicas.

Las pausas escolares le proporcionan tiempo para coleccionar sellos: sin efectuar prácticamente desembolso alguno, consigue reunir ejemplares de España, que canjea con filatélicos extranjeros para dilatar el horizonte de su colección. Estos sellos —pronto los tiene de muchos países— podrían con el tiempo constituir una fuente de ingresos suplementaria. Va pegando sus ejemplares en unas cuartillas amarillentas, en cuya cabecera escribe: «Alemania», «Polonia», «Países Bajos», «Checo-Eslovaquia» (de éstos tiene muchos)...

Se conservan algunas muestras de la correspondencia filatélica de Zorzano. Así, por ejemplo, un aficionado belga le remite a finales de verano algunos sellos. A primeros de octubre, Isidoro prepara el borrador de su respuesta, en francés: «He recibido su carta con los sellos que ha tenido Vd. la atención de enviarme. A ella tengo el honor de corresponder, remitiéndole los que Vd. me pide. Perdone mi retraso: estaba fuera. ¿Puede enviarme una relación de los sellos españoles que le faltan, para remitirle los que yo tenga repetidos? Puedo mandarle también de Argentina, Cuba, Marruecos, Tánger y repúblicas americanas». En el mismo borrador, Isidoro escribe —para su propio gobierno— una lista de los ejemplares repetidos en su colección. El día de Navidad le llegará un envío desde Rumanía. Iba dirigido a la calle de los Reyes 19; pero allí ha sido devuelto al cartero, con las nuevas señas: Serrano 45, 4º izquierda, donde se han mudado los Zorzano. En su empeño por reducir gastos, la familia —que ha prescindido ya de la empleada doméstica— venía buscando una casa más pequeña y de renta menor. La han encontrado.