Cita musical con la solidaridad

Un año más, y van ya ocho ediciones, los universitarios del Colegio Mayor Ayete organizan un concierto cuyos beneficios se destinan a proyectos de Cáritas. Si el año pasado lograron recaudar 11.000 euros, esta vez se pretende llegar a los 12.000.

El maestro José Rafael Pascual Villaplana y la Banda Sinfónica de Musikene, en el ensayo de ayer en una sala del Palacio de Miramar. / USOZ. Diario Vasco

Noticia publicada en el Diario Vasco. (Descargar el reportaje en PDF).

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Esta es la previsión después de seis meses de trabajo organizativo. El reto es llenar como el año pasado, hasta los topes, el auditorio del Kursaal. La cita es el viernes, a partir de las ocho de la tarde. La causa, dos proyectos de Cáritas, lo merece. Y programa, con el Orfeón Donostiarra y la Banda Sinfónica de Musikene, también: 'La Forza del Destino', 'Va Pensiero', 'Madame Butterfly', 'Cavalleria Rusticana'... entre otras conocidas obras maestras de la música clásica. Una magnífica oferta.

El objetivo es recaudar 12.000 euros para dos iniciativas de Cáritas en Irak y Donostia

Esta es la previsión después de seis meses de trabajo organizativo. El reto es llenar como el año pasado, hasta los topes, el auditorio del Kursaal. La cita es el viernes, a partir de las ocho de la tarde. La causa, dos proyectos de Cáritas, lo merece. Y programa, con el Orfeón Donostiarra y la Banda Sinfónica de Musikene, también: 'La Forza del Destino', 'Va Pensiero', 'Madame Butterfly', 'Cavalleria Rusticana'... entre otras conocidas obras maestras de la música clásica. Una magnífica oferta.

Con el ánimo de superar el éxito de la edición anterior, que tuvo como principal reclamo la 'Novena' de Beethoven en las voces del Orfeón Donostiarra, el equipo organizador se puso en marcha en septiembre, esta vez a las órdenes de Nacho Pérez, estudiante de tercero de ingeniería en Tecnun, y bajo la supervisión general de Jordi Oliva, director de formación del Colegio Mayor Ayete. Tras ocho ediciones consecutivas la maquinaria organizativa está bien engrasada, pero cada año supone un nuevo reto. Esta vez no se podía contar con la Sinfónica de Musikene, pero sí con José Rafael Pascual Villaplana y la Banda Sinfónica del Centro Superior de Música. También, una vez más, con el Orfeón Donostiarra. Pascual Villaplana, actual director de la Banda Municipal de Bilbao, es compositor de diversas obras de cámara y cuenta con destacados galardones, entre ellos el Premio Nacional de Música 'Ignacio Morales Nieva'. Conoce bien a la Banda Sinfónica de Musikene, que integran 46 músicos: tres flautas, tres oboes, dos fagot, diez clarinetes, seis saxos, cuatro trompas, cuatro trompetas, tres trombones, un bombardino, dos tubas, un órgano, un arpa, cuatro percusionistas y dos violonchelos.

Por primera vez se han incorporado al proyecto las universidades de Deusto y del País Vasco

En cuando al Orfeón Donostiarra, hasta ayer estaban apuntados 65 mujeres y 55 hombres. Según su director, José Antonio Sainz Alfaro, la participación del Orfeón en conciertos solidarios «es una seña de identidad de la casa». Y añade: «Todos los años intervenimos en cuatro o cinco conciertos que nos hacen sentir bien al constatar que nuestras voces son útiles. Esta es la tercera edición del concierto de la juventud en la que vamos a tomar parte y estamos muy contentos de poder contribuir a recaudar fondos para las necesidades de los refugiados».

Con esta lujosa participación había que construir un programa suficientemente atractivo. «En esta labor ha sido crucial la intervención del maestro Villaplana y de Jesús Etxeberria, director de Estudios Orquestales de Musikene», señala Jordi Oliva. El programa del viernes, de hora y media de duración, tendrá dos partes. La primera estará protagonizada por dos obras de Charles Gounod (1813-1901): 'Petite Symphonie' y 'Messe Brève'. En la segunda parte se interpretarán seis obras: 'La Forza del Destino' y 'Va Pensiero' (Nabucco), ambas de Giuseppe Verdi; 'La Fanciulla del West' y 'Coro a bocca chiusa' (Madama Butterfly), ambas de Giacomo Puccini, y 'Cavalleria Rusticana' y 'Regina Coeli', de Pietro Mascagni. Esta última contará con la interpretación de la soprano Teresa Albero.

Cáritas es la entidad a la que se destinan, como otros años, los fondos solidarios. Esta vez el dinero se dividirá a partes iguales en dos proyectos. Seis mil euros viajarán directamente a Irak y servirán para apoyar la labor que realizan en la ciudad de Ankawa-Erbil las monjas de rito caldeo de la congregación de las Hijas del Sagrado Corazón de Jesús. Estas religiosas se han instalado en dicha población iraquí para ayudar a los refugiados que huyen de Mosul tras la entrada del ISIS. Su proyecto se centra en los niños y consiste en proporcionar escolarización a los hijos de las familias desplazadas. Esta congregación también ha sufrido las consecuencias del avance yihadista. Primero tuvieron que salir huyendo de la ciudad de Nínive y, tras dirigirse a Mosul, en 2014 nuevamente tuvieron que marcharse, dejando atrás una casa destruida, para refugiarse en Ankawa-Erbil. Estas monjas han podido construir un pequeño centro escolar que acoge a 250 niños de entre cuatro y cinco años. «El proyecto es de 105.000 euros y nosotros les aportamos 6.000, una pequeña cantidad para lo que necesitan, pero al menos les llegará para material escolar», destaca Oliva.

Los otros 6.000 euros se destinarán a la ampliación de plazas de Ho-tzaldi, el proyecto de acogida nocturna de Cáritas en San Sebastián para las personas que carecen de alojamiento. «En cualquier caso hemos intentado que la ayuda tengan destinatarios muy concretos y fácilmente reconocibles», matiza Oliva.

Proyecto compartido

Una de las principales novedades de este año es que el Colegio Mayor Ayete y la Universidad de Navarra ya no están solos en este proyecto solidario. Por primera vez se han involucrado estudiantes de las universidades del País Vasco y Deusto. Los organizadores destacan la «favorable acogida» que les han dispensado desde ambas instituciones y, aunque no son muchos los alumnos de estos centros que se han apuntado como colaboradores, el hecho de haber involucrado a otros universitarios abre una nueva etapa. «La colaboración que solicitamos no es tanto en la organización, que ya tenemos en marcha, como en las tareas de promoción y venta de entradas». El próximo año esperan contar también con el apoyo de Mondragon Unibertsitatea.

Para alcanzar el objetivo de recaudar 12.000 euros, la intención es llenar el Kursaal. El precio de las entradas es de 17, 27 y 32 euros. También es posible hacer una donación como fila cero en la cuenta ES63 0075 0019 11 0600284814 (concepto: Concierto Solidario).

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«La gente sigue viviendo en la calle y el Hotzaldi se nos ha quedado pequeño»

Alrededor de 43.000 euros vale la organización del 'Concierto Solidario' del viernes, una cantidad que debe salir de la venta de entradas y otras aportaciones de la fila cero. De ahí también saldrán los 12.000 euros que se destinan a Cáritas. El presidente de esta organización, José Ramón Aramendi, agradece el esfuerzo de los jóvenes universitarios, «especialmente a los del Colegio Mayor Ayete y de la Universidad de Navarra, que han sido los promotores de la idea, y a los que este año se incorporan de la Universidad de Deusto y de la UPV». Para Aramendi, este proyecto es «es un valioso ejemplo de voluntariado y una forma de atraer a los jóvenes hacia la innovación social». Aramendi señala que existen muchas formas de ayudar a Cáritas a través del voluntariado, «atendiendo los comedores del Aterpe o en los tradicionales roperos, pero también en iniciativas como este concierto, que exigen una dedicación, una responsabilidad y un esfuerzo de meses».

Además del proyecto internacional en Irak en favor de los refugiados, una parte de la recaudación se destinará a reforzar una de las iniciativas más destacadas de Cáritas en Gipuzkoa, el centro Hotzaldi de acogida nocturna a personas sin hogar. El año pasado también se destinó una parte de la recaudación a esta causa. «El centro se nos ha quedado pequeño y tenemos que ampliarlo al menos un veinte por ciento», explica Aramendi. «La gente sigue viviendo en la calle y estos días de frío está a tope», añade. Cáritas extendió el año pasado el servicio a todo el año, pero es en invierno cuando se llena. «Se trata de una necesidad real, que actualmente acoge a unas cuarenta personas y pretendemos poner al menos otras ocho camas», destaca. Parte del dinero que se recaude en el concierto se invertirá en esta ampliación y contribuirá también a soportar los gastos de personal y de otras atenciones. «Además de cama, ofrecemos un vaso de leche caliente al acostarse y el desayuno», añade.

Mario García

Diario Vasco