Llegaron a Madrid el pasado miércoles 10 y ultiman ahora su preparación en la archidiócesis de Zaragoza. Proceden de diversas localidades rusas, en cuyas comunidades parroquiales viven su fe católica. Al poco de aterrizar, dos de los estudiantes destacaron su emoción por participar en la JMJ. María Isaenko afirma que “junto al Papa, espero descubrir mi vocación, lo que Dios quiere para mi vida”. Por su parte, Mark Baginskiy asegura que “la JMJ me ayudará a estar más cerca de Dios”.
Maria Isaenko: ver al Papa es una de las grandes ilusiones de mi vida
Maria tiene 23 años, vive en Kemerovo, una ciudad de Siberia, con su madre, y acaba de licenciarse en Historia. En septiembre comenzará su especialidad en Historia de España.
Su amor por lo español comenzó en su adolescencia, después de ver la película “Juana la loca”. “Cuando oí por primera vez ese español doblado me pareció una lengua maravillosa, muy musical”.
María dice también que “me interesó la historia de España a través de esta princesa enamorada de su marido hasta la locura. Empecé a estudiar español y cuando tuve que elegir mi carrera me incliné por la Historia para especializarme en historia de España, a pesar de que mi madre es Ingeniero y siempre ha trabajado como profesora de Universidad y en cosas muy técnicas”.
María tiene mucho afecto al Papa. “No importa quien sea, antes estaba muy pendiente de lo que decía Juan Pablo II y ahora de lo que dice el Papa Benedicto. Para un católico el Papa es el Vicario de Cristo, y encontrarme con el Papa, verle y escucharle en directo era una de las grandes ilusiones de mi vida. Creo que es una gran experiencia también de estar con otros jóvenes de todas las partes del mundo”.
María se ha preparado muy bien en los meses anteriores, han tenido jornadas de juventud en su parroquia y ha organizado tertulias con sus amigas para hablar de temas religiosos, de historia de la iglesia, de que hay que tener fe y esperanza ante las contrariedades, de que la vida no es solo dinero o trabajo, y de que nuestra vida será mejor si caminamos con Dios.
Para María además se trata de un viaje vocacional: “Yo siento desde hace tiempo que Dios me pide mayor cercanía, mayor entrega, pero por otra parte yo tengo puestas muchas ilusiones en mi carrera profesional. En la JMJ, junto al Papa, espero descubrir mi vocación, lo que Dios quiere para mi vida.
Mark Baginskiy: la belleza del catolicismo
Mark Baginskiy, tiene 21 años, estudia tercero de Ingeniería Electrónica y viene de Tumenskayaoblast, una ciudad a dos horas en tren de Moscú. Mark es hijo único y su familia es católica. En su parroquia organizaron un curso de 10 jornadas de preparación para la JMJ a los que se apuntó con la ilusión de venir a Madrid.
“Durante esas jornadas, nos dice, me di cuenta de que tenía que mejorar mi vida religiosa, y pensé sobre la belleza del catolicismo, donde todo lo que se hace, se pide, se estimula, es bueno no sólo para los cristianos sino para toda la sociedad”
“Tengo una gran ilusión por el Papa, creo que para cualquier católico poder estar con el Papa es un sueño pero además espero en esta JMJ, comenta Mark con gran seguridad, mejorar mi vida religiosa y arraigarme más en Cristo como dice el lema. Espero que mi vida cambiará hacia el bien, hacia ser mejor persona y estar más cerca de Dios”.
Un empeño de la Conferencia episcopal rusa
Los obispos de la Conferencia episcopal rusa han animado y promovido esta peregrinación, con la organización principal del obispo monseñor Clemens Pickel. Le han ayudado cinco sacerdotes que vienen con los jóvenes: Tomash Tzhebunya, Vladimir Siek, Dmitri Novoseletsky, Yaroslav Mitzhak y Fernando Vera, sacerdote mexicano del Opus Dei, y que es vicario de la parroquia de San Pedro y san Pablo de la capital rusa.
Fernando Vera comenta que se trata de jóvenes de todas las diócesis de Rusia y que vienen con una ilusión enorme por estar con el Papa, con “un gran espíritu religioso que les ha llevado a prepararse muy bien y mucho sacrifico, porque les ha costado gran esfuerzo poder estar aquí estos días”.