Bomberos: atender todo servicio

El trabajo de Rogelio Orozco, de Zapopan, lo lleva a convivir con el dolor de manera cercana, sin embargo, él explica que los bomberos trabajan para la vida. Además, en el centro de su profesión está servir a los demás, aunque eso implique atrapar ratas o bajar gatos de los árboles.

¿Cómo descubriste que querías ser bombero?

Desde niño me llamó la atención ser bombero o médico. Cuando acabé la preparatoria, que fue el momento en que tuve que decidir, escogí ser bombero y lo tomé como carrera. Pero llegó un momento en que me preocupé un poco porque el ambiente de cuartel suele ser duro, pesado. Sí me planteé dejar el cuerpo de bomberos, pero un sacerdote del Opus Dei, me dijo que la mejor decisión que podía hacer era la que tomara libremente. Y libremente elegí quedarme.

¿Les llaman solamente para apagar incendios?

Nos llaman para cualquier cosa que ponga en peligro la seguridad de la gente o para hacer faenas que ellos consideran difíciles, como matar abejas, por ejemplo, que no es un riesgo inmediato, pero lo consideran así, entonces nos llaman para que las exterminemos.

Sabemos que el servicio se brinda bien cuando resolvemos el problema. No siempre ganamos, es decir que no siempre podemos salvar a la gente o rescatar sus bienes, pero nunca nos damos por vencidos.

¿Cómo compaginas tu trabajo de bombero con el Opus Dei?

No es fácil porque el cuartel tiene algunas reglas, no hay mucha intimidad, es decir que no hay muchas oportunidades para estar a solas con Dios, entonces uno se las tiene que ingeniar para buscarlo. Dios está siempre en mi trabajo. Cuando estoy ayudando a una persona, cuando estoy apagando un incendio o llenando el informe de un servicio, sé que Dios está viéndome y quiere que lo haga bien. Pero hay otra parte en la que quisiera estar como los enamorados, o sea, darme un momento para platicarle lo que siento o lo que me faltó. En bomberos siempre estamos juntos, entonces a veces es difícil encontrar esos momentos.

¿Qué pensaron tus compañeros cuando le diste este nuevo giro a tu trabajo, es decir, encontrarte con Dios?

Cuando yo empecé a asistir a los medios de formación cristiana en un centro del Opus Dei, mis compañeros notaron un cambio en mí, incluso me preguntaban si me había cambiado de religión, porque no es común que en un ambiente de cuartel el amor a Dios se exprese abiertamente. Se les hacía raro que les dijera “Voy a rezar el Rosario”. Pero con el tiempo se fueron acostumbrando a que yo necesitara un momento a solas. Incluso, algunos compañeros me han acompañado en algunas de mis normas de piedad.

¿Cómo vives el espíritu de servicio en un día en que no se presentan emergencias?

Cuando no hay incendios o servicios dentro de bomberos, la manera en que busco servir a los demás es escogiendo hacer las tareas más útiles. Por ejemplo, suelo lavar los baños, que es un servicio, porque todos en el cuartel los usamos. También me ofrezco para limpiar el comedor o hacer la comida porque, de las tareas internas del cuartel, son las que prestan más servicio a los demás. Y lo haces bien porque siempre es cómodo estar en una cocina o comedor limpio.

¿Cómo reacciona la gente cuando se entera que eres del Opus Dei?

Algunas personas que no conocen el Opus Dei piensan que es una institución de ricos y secreta. A veces la gente, cuando me ve alguna estampa de san Josemaría o porque sale algún comentario de la Obra, y no sabe que soy supernumerario, se sorprende porque no soy ni rico ni poderoso ni secreto. Entonces aprovecho esas situaciones para prestarles algún libro o para explicarles la vida de san Josemaría.