Nosotros no hacemos nada extraordinario

Cuando llega el momento de contar la historia de los cincuenta años de un club juvenil, es posible que se esperen grandes anécdotas e historias sorprendentes. Pero en Mizar todo es normal. Excepto este año, en el que la asociación celebra el 50 aniversario, y algo más…

Chicos del Club Juvenil Mizar

En el distrito madrileño de Retiro se encuentra la Asociación Juvenil Club Mizar, que este año cumple su 50 aniversario desde su fundación, en 1974. Es una iniciativa de un grupo de padres para reforzar la formación de sus hijos en el tiempo libre, ayudar a otros padres y contribuir al desarrollo del entorno social con las enseñanzas de san Josemaría y encomendando la tarea de formación al Opus Dei.

Los días en Mizar son días completamente normales. En el club juvenil se pretende que los chicos aprendan que se puede llegar a Dios a través de las circunstancias más ordinarias de la vida, como nos enseñaba el fundador de la Obra. 

Después de saludar a Jesús en el Sagrario solemos merendar. Es un rato agradable en el que cada uno comparte lo que quiere. Luego, tras un ratito de oración personal para empezar bien la tarde, comienza el estudio. Los que frecuentan Mizar tienen muy claro que a través del estudio también te puedes encontrar con Dios. De hecho, uno de los objetivos de la formación cristiana es que, además de sacar buenas calificaciones, los socios procuren conseguir progresivamente un hábito de estudio y trabajo intenso, para el día de mañana contribuir a la mejora de la sociedad y llevarla a Dios.

Tras la tarde de estudio, una vez por semana, se imparte un círculo o clase de San Rafael, un medio de formación cristiana que proporciona una base doctrinal y unos hábitos de piedad que permiten consolidar la vida cristiana con personalidad, además de enseñar, estimular a que los chicos vivan todas las virtudes humanas.

El Club Mizar se encuentra a escasos metros del conocido Parque del Retiro, un entorno privilegiado para la labor que se realiza con la juventud, desde los 10 a los 18 años. Se trata de que los niños y jóvenes empleen su tiempo libre de manera sana, que establezcan nuevas amistades o fortalezcan las que ya tienen, pero sobre todo que tengan una relación personal con Dios.

Todo comienza con la “Fiesta del Felpudo”, en la que los niños que van a acabar 4º de Primaria se incorporan al Club juvenil y empiezan a participar en actividades lúdicas, deportivas y de formación cristiana adaptada a su edad, generalmente los fines de semana. Al estar ubicada la sede del club muy cerca del Parque del Retiro, facilita mucho la realización de planes al aire libre como las gymkanas, los juegos deportivos u otras actividades.

Conforme avanzan en edad, los socios de Mizar van participando en planes orientados más a su maduración y formación para el futuro. A partir de la “Fiesta del Escalón”, los chicos de 2º de ESO comienzan a recibir una formación cristiana y humana más intensa y a asistir a actividades y convivencias que les ayudan a crecer por dentro. 

Los chicos acaban por sentir el club juvenil como su “segunda casa”. Encuentran en Mizar una sonrisa amable, un ambiente de familia, gente que se preocupa de verdad de sus cosas… En definitiva, un lugar donde aprender a vivir. 

El verano también tiene especial relevancia. Convivencias para los mayores y campamentos para los más pequeños llenan los meses de junio y julio. Las convivencias son el momento perfecto para fortalecer los lazos de amistad con los demás de Mizar, descansar del ajetreo del curso y progresar en la vida cristiana. Este tipo de actividades enseñan a disfrutar en lo cotidiano y a divertirse con categoría humana, sin buscarlo en el exceso y en lo extravagante, además de alimentar sus aspiraciones nobles, sin conformismos ni mediocridades.

Un acontecimiento que quizá se salga de lo ordinario ocurrió en la Semana Santa de 2023, justo antes de celebrar el 50º Aniversario. Desde hace ya muchos años, chicos desde 3º de ESO a 1º de Bachillerato iban de convivencia a Fátima con otros muchos clubes de España e, incluso, del extranjero. Más de 1.500 chicos se juntan junto a nuestra Madre la Virgen, en el Meeting Internacional Fátima (MIF), una competición de fútbol y de otras muchas actividades. Pero la de 2023 no fue una edición más. La ansiada copa del MIF, que todos luchan pero pocos la consiguen, este año tuvo el el nombre de Mizar. Fue una Semana verdaderamente extraordinaria.

Muchas generaciones han pasado por Mizar durante estos cincuenta años y muchos destacan lo que ha influido el club en sus vidas. “Con el tiempo voy descubriendo que la huella que ha dejado Mizar es más grande de lo que pensaba”, afirma un antiguo socio en el documental posterior a la victoria del campeonato del MIF. “A mí me ha marcado la vida, en Mizar he aprendido que la amistad es uno de los valores más altos que tiene el hombre”, dice otro. “A nivel cristiano le debo todo, y a nivel humano mucho”. Un antiguo director de Mizar, para concluir, decía: “Mizar al final te hace ser de una determinada manera, lo que puedan ver en mí, pues eso será Mizar”.