Al norte del Círculo Polar

Me llamo Fran y vivo en Galicia, y los tres meses que he pasado en Finlandia me han dado la oportunidad de conocer de cerca y apoyar la labor del Opus Dei en los países del norte de Europa

En Laponia

Isä Raimo celebra la Santa Misa en una cabaña de troncos en la tundra noruega, a 20 kilómetros de la costa del Océano Glacial Ártico. Es ya el tercer día de una convivencia que comenzaba dos días atrás en Helsinki, y que nos ha llevado a través de la Laponia finlandesa, sueca y noruega. Y nuestro guía, Juhani, es pastor luterano en un pueblo próximo… 

Lappeenranta es una pequeña ciudad a orillas del lago Saimaa, al sureste de Finlandia. Se encuentra a unos 200 kms. de San Petersburgo y a sólo 25 de la frontera con Rusia. Cuando empecé mi tesis doctoral en Ferrol, hace dos años, no me podía imaginar que mis investigaciones me iban a llevar tan lejos, pero este año tuve la oportunidad de completar mi formación técnica durante tres meses en el extranjero, y el destino seleccionado fue finalmente la Universidad Tecnológica de Lappeenranta.

Antes de llegar a Finlandia, pensaba en los tres meses en Lappeenranta con una cierta preocupación, porque el centro del Opus Dei más cercano está en Helsinki, es decir, a más de 200 kilómetros de mi universidad. Conseguí organizar mi plan de trabajo de modo que cada fin de semana tenía el tiempo suficiente para tomar un tren y regresar a la capital. De esta manera, pude seguir participando de la vida en familia de los centros del Opus Dei, recibiendo los medios de formación y, sobre todo, asistiendo a la Santa Misa, porque en Lappeenranta y su amplia comarca no hay iglesias católicas. De hecho, la presencia de un católico entre los investigadores de la universidad despertó, de entrada, bastante curiosidad. 

A los pocos días de llegar, ya había contestado a un montón de preguntas de mis colegas y tutores sobre la Iglesia Católica, el Opus Dei o qué significa luchar por ser santo en medio del mundo. Muchos de ellos tienen una visión de la religión muy distinta de la fe católica: bastantes son luteranos, algunos otros ortodoxos, hay unos cuantos musulmanes y una gran mayoría no tiene una experiencia habitual de trato con Dios. 

Tavasttahti

Sin embargo, las conversaciones han girado muchas veces alrededor de temas profundos como el sentido de la vida, la necesidad de un trato personal con Dios o cuál es la religión verdadera, siempre con un gran respeto por los puntos de vista de los demás, aunque no fuese fácil llegar a un acuerdo en muchos de ellos. 

Para la mayoría se trataba del primer contacto con una persona del Opus Dei y las enseñanzas de san Josemaría Escrivá les parecieron novedosas y atractivas. Por ejemplo, al hablarles de la necesidad de trabajar con la mayor perfección posible, por amor de Dios, varias veces recibí la respuesta “esa es una idea muy luterana”. Yo siempre he contestado que, además, es también una idea “muy católica” y muy propia del espíritu del Opus Dei.

La labor del Opus Dei en Finlandia comenzó hace veinte años. Desde hace tiempo existe un Club Juvenil, Kuunarikerho, en Helsinki y este año se está poniendo en marcha una residencia universitaria, Tavasttähti. Los comienzos se están afrontando con mucha alegría y buen humor, aunque de manera habitual toque afrontar situaciones un poco “extraordinarias” en un centro del Opus Dei: llevar una nevera al nuevo centro que se está instalando en Lituania, organizarse para preparar la comida varios días a la semana… 

A lo largo de estos tres meses he podido ayudar en el acondicionamiento de la casa, pintando paredes, arreglando escaleras y montando muebles junto a los demás miembros del Opus Dei y a los chicos que acuden por el centro: Patu recoge las hojas que el otoño va amontonando en el jardín, Alex termina de pintar la Cruz de palo que se pondrá en el oratorio, Teo da clases de castellano a los chicos del Club… Algunos de ellos son luteranos o pentecostales, pero todos participan del ambiente de alegría y del buen espíritu con el que se van sobrellevando las pequeñas incomodidades surgidas a lo largo de los trabajos. Y, de igual modo que en Ferrol soy monitor en el Club Juvenil Roiba, también en Helsinki tuve la ocasión de participar en las actividades de Kuunarikerho, comprobando que el idioma no es un obstáculo para enseñar a los chicos más jóvenes a tocar la guitarra, grabar una película con ellos o para acompañarlos a hacer un rato de oración ante el Sagrario.

Lappeenranta

Ahora que ya he vuelto a Galicia, sigo encomendando a este fantástico país para que la religión católica vaya calando a buen ritmo en sus gentes.

Laponia (Finlandia)