Gloria Gratacós, experta en educación y madre de varios hijos, sugiere ocho claves para aprovechar mejor el verano en familia.
1. Flexibilidad dentro de un orden
Aunque estemos de vacaciones, es importante no perder del todo los hábitos adquiridos durante el invierno. Para eso, establece un horario, pero con flexibilidad y margen: estamos en una nueva situación, en otro contexto.
2. Hacer actividades en familia y salidas culturales
Aunque cada uno tendrá sus gustos y sus planes, es importante encontrar tiempo para hacer cosas todos juntos: cocinar, pasear, ir en bici, hacer excursiones, visitar nuestra ciudad… Educar el gusto de los más pequeños no tiene por qué ser aburrido si se elige y se prepara bien: estudia las posibilidades culturales de tu zona y visitad algunos museos, monumentos o exposiciones.
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3. Dar gracias a Dios y a los demás
El ambiente relajado del verano es perfecto para impulsar el agradecimiento, que a veces con las prisas queda un poco en el olvido. Saber dar las gracias a los demás por los detalles, por los planes o por haberlo pasado bien juntos.
Dar gracias a Dios por pasarlo bien y estar juntos, descubriendo maneras sencillas de cuidar la piedad de los hijos, la asistencia a la santa Misa y la recepción de otros sacramentos.
4. Disfrutar de pequeñas cosas
El plan perfecto no tiene por qué ser caro o extravagante. Hay que enseñar desde niños a disfrutar con las cosas pequeñas como, por ejemplo, ver una puesta de sol, tomar un helado, etc.
5. Abrirse a los demás
Estar todo el día nosotros con nosotros mismos puede resultar poco enriquecedor. El verano es la época perfecta para abrirnos a los demás: ve por delante invitando a tus amigos a casa y enseña a tus hijos a hacer lo mismo.
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6. Tiempo para leer
La lectura es un viaje gratis que alimenta las neuronas de grandes y pequeños: novelas de aventuras, biografías, cuentos… Busca una biblioteca cercana y ¡a elegir!
7. Visitar a familiares y personas necesitadas
Durante el curso, bien por tiempo o por distancias, a veces es difícil visitar a la familia: abuelos, primos, tíos… Además, también pueden hacerse visitas a personas enfermas o más necesitadas.
8. Aprender idiomas
Deja de lado los formatos más académicos y acostumbra a toda la familia a ver series o películas en versión original, ¡a ver quién entiende antes!
Artículo publicado originalmente en 2017.