Evangelio del viernes: Jesús es enviado por el Padre

Comentario del viernes de la 3.ª semana de Adviento. “Las mismas obras que yo hago, dan testimonio acerca de mí, de que el Padre me ha enviado”. Acudamos al Señor en el Sagrario a buscar luz y fuerzas para nuestra vida interior.

Evangelio ( Jn 5, 33-36)

En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos.

“Vosotros habéis enviado mensajeros a Juan y él ha dado testimonio de la verdad. Pero yo no recibo el testimonio de hombre, sino que os digo esto para que os salvéis. Aquél era la antorcha que ardía y alumbraba, y vosotros quisisteis alegraros por un momento con su luz. Pero yo tengo un testimonio mayor que el de Juan, pues las obras que me ha dado mi Padre para que las lleve a cabo, las mismas obras que yo hago, dan testimonio acerca de mí, de que el Padre me ha enviado”


Comentario

Las palabras del Evangelio de hoy están enmarcadas en un largo discurso en el que Jesús expone quién es y cuál es su misión: Cristo revela al Padre y recibe de Él su autoridad.

Jesús nos enseña que Él tiene un testimonio mayor que el de Juan. Esto no significa que desdiga a Juan, todo lo contrario, le alaba cuando dice “Aquel era la antorcha que ardía y alumbraba”. Ensalza a Juan por ser luz que llevó a Jesús a muchas personas, gracias a su admirable entrega a los demás. En estos términos lo explicaba el Papa Francisco “La vida sólo tiene valor al donarla, al donarla en el amor, en la verdad, al donarla a los demás, en la vida cotidiana, en la familia. Donarla siempre”[1].

Algunos judíos ponían objeciones al testimonio de Jesús, sobre todo que él fuera quien se avalara a sí mismo como testigo ya que para los judíos el testimonio de una persona en su propia causa no es suficiente. Por eso muestra que su testimonio está avalado por Juan Bautista y también por sus propias obras y milagros.

La raíz de la que emanaba esa luz es el propio Jesucristo. Nos revela que ha sido enviado por el Padre, más aún, que el Padre y Él son uno mismo (Jn 10,30) Jesús nos muestra su divinidad, en palabras de san Josemaría “El Hijo de Dios se hizo carne y es perfecto Dios y perfecto hombre. En este misterio hay algo que debería remover a los cristianos… No hay más que una raza en la tierra: la raza de los hijos de Dios. Todos hemos de hablar la misma lengua, la que nos enseña nuestro Padre que está en los cielos [2].

Jesús es enviado por el Padre para la salvación del mundo. Acudamos al Señor en el Sagrario a buscar luz y fuerzas para nuestra vida interior.


[1] Papa Francisco, Homilía, 8 de febrero de 2019.

[2] San Josemaría, Es Cristo que pasa n. 13

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