Viaje del Papa a Polonia: “Estad firmes en la fe”

Bajo el lema: "Estad firmes en la fe", Benedicto XVI sigue las huellas de Juan Pablo II en su visita a Polonia. Ofrecemos una selección de sus palabras, que iniciamos con las más recientes.

Palabras de despedida de Polonia

"Sed fieles custodios del depósito cristiano, y transmitidlo a las generaciones futuras. Vigilad, estad firmes en la fe, sed suertes, tened ánimo; todas vuestras obras hacedlas en la caridad". Misa en Cracovia

"La fe es un acto humano muy personal, que tiene dos dimensiones. Creer quiere decir en primer lugar aceptar como verdad lo que nuestra mente no comprende totalmente; y es confiar en una persona, no en una persona ordinaria, sino en el mismo Cristo. Lo que creemos es importante, pero aún es más importante Aquel en quien creemos".

"Ayer me regalásteis el libro de los testimonios: No tomo, estoy libre de la droga. Como un padre, os pido: sed fieles a esta promesa. Está en juego vuestra vida y vuestra libertad. No seáis víctimas de las ilusiones de este mundo".

Visita a Auschwitz

Benedicto XVI: "Todos los cristianos deben confrontar continuamente las propias convicciones con el Evangelio y la Tradición de la Iglesia para ser fieles a la palabra de Cristo, también cuando es exigente y humanamente difícil de comprender".

"En un lugar como éste faltan las palabras; en el fondo sólo hay espacio para un silencio desamparado, un silencio que es un grito interior hacia Dios: Señor ¿por qué callaste? ¿Por qué has podido tolerar todo esto? En esta actitud de silencio, nos inclinamos profundamente (...) ante la inmensa multitud de cuantos aquí sufrieron y fueron sentenciados a muerte; sin embargo, este silencio se transforma en una petición en voz alta de perdón y de reconciliación, un grito al Dios vivo para que no permita jamás algo similar".

"No podemos escrutar el secreto de Dios, sólo vemos fragmentos y nos equivocamos cuando nos queremos convertir en jueces de Dios y de la historia. (...) No, en definitiva debemos seguir con nuestro humilde e insistente grito hacia El: ¡Despierta! ¡No te olvides de tu criatura, el ser humano!".

 

Misa en la Plaza de la Victoria: Si confiamos en El no perdemos nada, sino que ganamos todo

"Quieren falsificar la palabra de Cristo y quitar del Evangelio las verdades, según ellos demasiado incómodas para el hombre moderno. Todos los cristianos deben confrontar continuamente las propias convicciones con el Evangelio y la Tradición de la Iglesia para ser fieles a la palabra de Cristo, también cuando es exigente y humanamente difícil de comprender".

"No debemos caer -continuó- en la tentación del relativismo o de la interpretación subjetivista y selectiva de las Sagradas Escrituras. Sólo la verdad íntegra nos puede abrir a la adhesión a Cristo muerto y resucitado por nuestra salvación".

"La fe consiste en una relación íntima con Cristo. Amar a Cristo significa fiarse de El, también en la hora de la prueba. (...) Si confiamos en El no perdemos nada, sino que ganamos todo. Nuestra vida adquiere en sus manos su verdadero sentido. (...) Amarlo quiere decir permanecer en diálogo con El, para conocer su voluntad y realizarla prontamente".

"Vivir la propia fe como relación de amor con Cristo significa -añadió- estar dispuestos a renunciar a todo lo que constituye la negación de su amor. (...) La fe en cuanto adhesión a Cristo se revela como amor que impulsa a promover el bien que el Creador ha inscrito en la naturaleza de cada uno y cada una de nosotros, en la personalidad de todo ser humano y en todo lo que existe en el mundo".

Encuentro en el Consejo Ecuménico Polaco: La caridad, inicio de unidad 

"No podemos olvidar -dijo- la idea esencial que desde el principio constituyó el fundamento clave de la unión de los discípulos: "dentro de la unidad de los creyentes, no debe existir una tal forma de pobreza que alguno carezca de los bienes necesarios para una vida digna. Esta idea es siempre actual, (...) aceptar los retos caritativos contemporáneos depende en gran parte de nuestra colaboración recíproca. (...) Todos podemos insertarnos en la colaboración a favor de los necesitados, utilizando esta red de relaciones recíprocas, fruto del diálogo entre nosotros y de la acción común".

"Entre las comunidades cristianas llamadas a dar testimonio del amor, la familia ocupa un puesto central. En el mundo de hoy, donde se multiplican las relaciones internacionales e interculturales, cada vez con más frecuencia, se deciden a fundar una familia jóvenes procedentes de diversas tradiciones, religiones y confesiones cristianas. Muchas veces (...) es una decisión difícil que comporta varios riesgos relacionados tanto con la perseverancia en la fe como con la construcción futura del orden familiar, como con la creación de un clima de unidad en la familia. (...) Sin embargo, gracias a la difusión a una escala más amplia del diálogo ecuménico, esa decisión puede dar origen a un laboratorio práctico de la unidad".

Encuentro con sacerdotes en la catedral de Varsovia: Expertos en la vida espiritual 

"No nos dejemos llevar por la prisa, como si el tiempo dedicado a Cristo en silenciosa oración fuera un tiempo perdido. (...) No hay que desanimarse por el hecho de que la oración exija un esfuerzo, ni por la impresión de que Jesús no habla. El permanece en silencio, pero actúa".

"En un mundo en el que hay tanto ruido, tanta desorientación, es necesaria la adoración silenciosa de Jesús escondido en la Hostia. Sed asiduos en la oración de adoración y enseñadla a los fieles. En ella encontrarán consuelo y luz, sobre todo las personas que sufren".

"Los fieles esperan solamente una cosa de los sacerdotes: que sean especialistas en la promoción del encuentro del hombre con Dios. Al sacerdote no se le pide que sea experto en economía, en construcción o en política. Se le pide que sea experto en la vida espiritual".

"Lo que los fieles esperan de él es que sea testigo de la sabiduría eterna, contenida en la Palabra revelada. La solicitud por la calidad de la oración personal y por una buena formación teológica obtiene frutos en la vida. Cristo necesita sacerdotes que sean maduros, viriles, capaces de cultivar una auténtica paternidad espiritual".

"Es necesario aprender a vivir con sinceridad la penitencia cristiana. Practicándola, confesamos los pecados individuales en unión con los demás, ante ellos y ante Dios".

"Servid a todos, estad accesibles en las parroquias y en los confesionarios, acompañad a los nuevos movimientos y las asociaciones, sostened a las familias, no descuidéis a los jóvenes, acordaos de los pobres y de los abandonados".

En el aeropuerto de Varsovia: Un nuevo sentido de humanismo

"Al final iré a Auschwitz, donde espero encontrar sobre todo a los supervivientes de las víctimas del terror nazi, provenientes de diversas naciones, que han sufrido la trágica opresión. Todos rezaremos juntos para que las heridas del siglo pasado cicatricen con la medicina que el buen Dios nos indica al invitarnos al perdón recíproco, y nos ofrece en el misterio de su misericordia".

Visitará los campos “pensando en los muchos muertos que allí hubo y con la esperanza de aprender lo que no hay que hacer". Es un buen momento para pensar "cómo el hombre puede caer tan bajo y perder su dignidad pisoteando a los otros hombres".

"Esperemos que desde allí nazca un nuevo sentido de humanismo y una visión del hombre a imagen de Dios y se evite que puedan ocurrir cosas similares en el futuro", concluyó.