¿Por qué te bautizas?
Es difícil decirlo en dos palabras. Pero la razón fundamental es que creo.
¿Y cómo recibiste la fe?
Siempre tuve la sensación de que existía algo, y también la idea de que tenía que llenar alguna vez ese vacío. No me parecía sin embargo muy urgente. Lo que me llevó a querer profundizar en la fe fue el contacto con una amiga mía musulmana. Un día decidió llevar la cabeza cubierta con un velo. Yo sabía que era creyente, pero su decisión me hizo ver que era consecuente con su fe. Esto me hizo pensar.
Me puse a leer artículos sobre la fe a través de Internet buscando información general sobre las distintas religiones. Y empecé a leer la Biblia, el Nuevo Testamento. La vida de Jesús me impresionó mucho. Todo lo que se dice ahí me parecía que cuadraba muy bien. Estaba claro que no se trataba de un cuento que alguien se había inventado. Allí había algo más. Por ejemplo era impresionante comprobar cómo todas las profecías del Antiguo Testamento se cumplían en el Nuevo.
Leí cómo Jesús hablaba sobre el bautismo y entonces empecé a pensar si eso no sería algo para mí. No me parecía lógico tomar de la predicación de Jesús sólo las cosas que te venían bien, porque así se deformaba su mensaje. Dudé mucho, pero rezando frecuentemente, de la duda pasé a la seguridad. Finalmente llegué a la conclusión de que me debía bautizar.
Así que me planteé otra cuestión: ¿en qué iglesia? Miré en todas las iglesias. Hace años iba a menudo con mi madre a la Iglesia Católica. Por eso era la que mejor conocía. También un amigo que estudia historia me ayudó a analizar la historia de las diferentes corrientes del cristianismo. Me pareció que la Iglesia Católica era la que mejor representaba el cristianismo.
¿Por qué te bautizas en Leidenhoven? ¿Cómo fuiste a parar a la Residencia?
Cuando decidí que me bautizaría en la Iglesia Católica me pregunté cómo tenía que hacerlo. Puse una noticia en el forum de la web www.rknieuws.net (noticias católicas) y desde allí me aconsejaron tomar contacto con la web de la capellanía católica universitaria de Ámsterdam.
Don Wim Veth, el capellán universitario, que vive en Leidenhoven, leyó mi misiva y me mandó un email con el ruego de tomar contacto con él por teléfono. Así lo hice y quedamos para el día siguiente. A la primera cita siguió otra y acabé yendo sistemáticamente a las clases de catecismo que se daban en Leidenhoven. Así conocí la Residencia y me pareció muy agradable.
La época tradicional de recibir el bautismo es la Pascua, pero eso me pareció demasiado tarde y un domingo cualquiera no me parecía suficiente. Pedro, un residente de Leidenhoven, se iba a bautizar en Navidad. Me pareció una fecha preciosa.
Actualmente se nota en la sociedad un renovado interés por la religión, pero la gente busca fuera de la iglesia. Parece como si hubiese un “supermercado de la religión” en el que cada uno busca lo que más le gusta ¿Por qué buscaste tú la fe en la Iglesia?
No me parecía que estuviera bien tomar sólo algunas cosas del mensaje de Jesús. Con eso niegas lo que Él es en otras cosas. Eso no es coherente, porque su mensaje forma un todo, lo que Jesús dice constituye una totalidad. En la doctrina de la Iglesia todo está relacionado entre sí.
¿Cómo ha reaccionado la gente de tu entorno?
Al principio sólo sabían mis padres lo que yo estaba buscando. Mi padre era originariamente protestante, mi madre católica. Ambos respetaron mi búsqueda y mi decisión de bautizarme. Mi hermano también. Sin embargo, mi hermana mayor a veces tiene sus interrogantes. En cambio, mi hermana más pequeña lo encontró ‘cool’. Al principio preguntó si ella no podía bautizarse también.
Mis amigos reaccionan a veces con cierta reserva. Uno de ellos es ateo convencido, y no entiende qué busco en la fe. Alguna vez hace algún comentario irónico. Al principio me molestaba y quería explicárselo. Después decidí más tarde hacer caso omiso de sus chistes. En cambio, he tenido buenas reacciones de otros amigos. Con mi amiga musulmana puedo hablar con más facilidad, aunque ella se pregunta por qué no me he hecho musulmán. Pero, de todas maneras, ve como algo positivo el que me ocupe de Dios.
¿Qué influjo piensas que puede tener tu bautizo en tu vida diaria?
El influjo lo tiene ya. Tienes conciencia durante el día de que Dios está ahí y te esfuerzas en hacer todo lo mejor posible: tu trabajo, tus clases, etc. Después del bautismo seré quizá aún más consciente. Y naturalmente iré a Misa los domingos y cuando sea posible durante la semana.
También suelo entrar a veces en una iglesia. Viene muy bien salirse un poco del ruido y dedicar un tiempo a la oración. Por cierto, me parece normal que la fe tenga influjo en la vida diaria, si no, sería algo postizo.
¿Cómo ves tu futuro como bautizado?
Me gustaría crecer más en la fe, aunque nunca se llegue al fondo. Me gustaría también dedicarme activamente a hacer algo por mi fe, pero todavía no sé qué exactamente. De momento me ha pedido el párroco de Schagen, donde vive mi familia, que escriba un artículo sobre mi bautismo en su hoja parroquial. Lo haré con mucho gusto. Me parece también importante difundir la fe, no tanto yendo de puerta en puerta, sino hablando de ello con mis amigos.
¿Tienes algo más?
Un tema que me interesa muchísimo es la relación entre fe y ciencia. Tengo la impresión de que mucha gente las considera realidades contradictorias, lo que, de ser verdad, supondría una gran dificultad. Yo pienso que no existe tal contradicción. Hace poco tiempo estuve en Zonnewende –un centro de conferencias que llevan los miembros del Opus Dei–, en un fin de semana de estudio en el que se trataba esta cuestión. Allí me confirmé en mi idea de que los campos que descubre la ciencia no excluyen de ningún modo a Dios. La ciencia confirma las afirmaciones de la Iglesia en todos aquellos puntos que se pueden comprobar científicamente. Me impresionó mucho la frase de Juan Pablo II: “La fe y la ciencia son como dos alas con las que puede elevarse la inteligencia humana para contemplar la verdad”.