Escribir una biografía de Mateo no es fácil; es una persona normal y con "mucho arte". A sus 84 años está jubilado, tras toda una vida dedicada a la banca. Sin embargo, uno no puede imaginarse su jubilación precisamente como tranquila y sosegada: dedica sus esfuerzos y su mejor tiempo a las personas más necesitadas, dirigiendo el Banco de Alimentos de Cádiz, con un buen humor constante, que le hace ser muy querido en toda la ciudad.
En 1998 se propuso fundar el Banco de Alimentos de Cádiz, iniciativa que había comenzado su andadura en otras ciudades de España desde los años 80 y que tiene como objetivo "recuperar excedentes alimenticios de nuestra sociedad y distribuirlos entre personas necesitadas".
Lo dirige con un garbo y una alegría que aprendió de sus padres, y también en el Opus Dei, al que pertenece desde hace más de 30 años. Le animaron a dedicar su tiempo a los demás, organizando alguna entidad para ayudar a gente en apuros. Se lanzó y no lo cambiaría por nada. Recogen más de 3.000.000 de kg de alimentos cada año, llegando a un número de beneficiados imposible de calcular.
Los gaditanos son gente agradecida y con sentido del humor. Por eso, en una de sus fiestas tradicionales, dedicaron una chirigota como homenaje a la labor de Mateo y de la entidad que preside. ¡Pasen y vean!