Con la suma de unos ratos libres

En Quito, un grupo de universitarias y bachilleres de últimos años de Colegio llevó ropa a varias familias indígenas de escasos recursos.

Cada verano la Residencia Universitaria Tulpa de Quito organiza varias actividades de labor social. Algunas requieren de un mayor montaje, como los campos de trabajo. Otras se organizan con pocos recursos. Una de estas últimas fue la que desarrollaron las universitarias una tarde de agosto de este año, en una zona rural cercana a Quito. Un grupo de universitarias y bachilleres de últimos años de Colegio llevó ropa a varias familias indígenas de escasos recursos.

Fue una manera estupenda de aprovechar el tiempo libre. No sólo el tiempo libre de aquella tarde de vacaciones, sino el tiempo libre de muchos otros días puesto que la recolección de los donativos, con peticiones a familiares, conocidos y empresas, se realizó durante el anterior año académico. Las primeras semanas del verano se emplearon en seleccionar, limpiar y distribuir los paquetes que serían repartidos en agosto.

Las chicas pasaron una noche en una Hacienda del lugar y luego visitaron a las familias beneficiarias, conociendo sus casas, sus animales y sus trabajos. La actividad fue muy provechosa para las estudiantes. Cinthya se llevó una sorpresa cuando, como agradecimiento, una mujer indígena le regaló miel de abeja que ella misma cosechaba para mantenerse. Un poco más allá Carolina y Martina se sorprendieron de que una viejecita encorvada les propusiera llevar mejor su donativo a otras personas “que viven más arriba y son gente más pobre”. Otra de las chicas recibió una porción del maíz degranado aquel día por una familia indígena.

Las muchachas regresaron muy contentas al ver que la suma de sus ratos libres dio como resultado una gran alegría para los beneficiados de los donativos. Pero sobre todo las beneficiadas fueron ellas. Como señaló con sencillez una de ellas “en adelante no me quejaré de no poder satisfacer un capricho o por la falta de cualquier cosa”.