Cinco días en Quinindé

Durante cinco días, un grupo de seis colegiales y universitarios que participan en medios de formación del Centro Cultural Alfil de Quito desarrollaron actividades de ayuda social en un lugar de extrema pobreza.

Juan José al terminar de cabar el pozo

El 82,5 por ciento de los habitantes del recinto Cristóbal Colón viven la pobreza o extrema pobreza. La economía de las familias se basa en la explotación agrícola y maderera. El analfabetismo alcanza al 18 por ciento de la población. En la zona hay varias entidades que desarrollan programas de desarrollo, como la Universidad de Educación a Distancia Leonidas Proaño, el Ministerio de Ambiente y el Cuerpo de Paz de los EE.UU.

La tarea de los voluntarios del Alfil fue limpiar el terreno donde se construirá una guardería y cavar una fosa para pozo séptico con una zanja de desagüe. También ordenaron la guardería actual y dieron clases de catecismo a los niños del sector.

El Doctor Pablo Cordero, quien dirigió los trabajos, señala que “aunque las tareas fueron muy duras –especialmente las de excavación-, lo que más nos agradecieron fue la posibilidad de acceder a los sacramentos: un sacerdote que nos acompañaba pudo confesar y celebrar la Santa Misa para gente que de ordinario no puede contar con ese servicio”.

David durante el trabajo

Por su parte Juan José Pazmiño, uno de los voluntarios, señaló que “me impactó cuando la profesora de Cristóbal Colón nos invitó a plantar un pambil y un madroño junto al río Canandé y nos dijo que con eso quedábamos comprometidos a volver. Realmente, quiero regresar en un tiempo más. Y no sólo para comprobar que aquellos árboles arraigaron”.

Mateo Ruales agrega que para él lo más importante fue dar clases de catecismo a los niños y prepararles para su Primera Confesión.