La devoción a San Josemaría cada vez se extiende a más lugares del país. Cientos de fieles se encontraron en Quito, Ibarra, Latacunga, Cuenca y Guayaquil para recordar con especial cariño un mensaje que se hace vida entre los familiares, amigos y apostolados de los miembros del Opus Dei.
Alrededor de 2000 personas asistieron a la Misa que se ofició en la Catedral de Quito. El Arzobispo Alfredo José Espinoza resaltó en la homilía el inmenso amor de San Josemaría a la Eucaristía y animó a participar con esa devoción en el Congreso Eucarístico Internacional que se realizará en septiembre en esta misma ciudad. El ambiente de piedad se complementó con la compañía del coro del colegio Los Pinos.
El Delegado del Padre en la Región agradeció al Arzobispo su cariño y a los asistentes les animó a hacer mucho apostolado de la confesión.
En Guayaquil se realizaron dos celebraciones. Cerca de 150 personas se congregaron en la Iglesia San Antonio María Claret, popularmente conocida como la Redonda. Fue presidida por Mons. Antonio Arregui. El interior de la iglesia se llenó de familias entre cantos y oraciones. El presbiterio estuvo decorado con arreglos florales de color blanco y verde, destacando una imagen del santo y su reliquia, la cual se utilizó para dar la bendición al final de la ceremonia.
Con un sentimiento de renovada devoción, los asistentes salieron de la iglesia llevando consigo el mensaje de amor fraterno y el compromiso de seguir el ejemplo de San Josemaría Escrivá en su familia, trabajo y entorno cotidiano; buscando que este sea su lugar de encuentro con Dios.
El ambiente festivo de la Rectoral se podía sentir desde su entrada decorada con banderines de colores. Esta Misa fue oficiada por el Arzobispo, Monseñor Luis Gerardo Cabrera.
Luego de la ceremonia, los asistentes vivieron un momento de integración y fraternidad, con la presentación de una banda musical, stands de comida y, sobre todo, la alegría de todos los asistentes que hacían vida lo que San Josemaría escribió en un punto de su libro Camino: “Quiero que estés siempre contento, porque la alegría es parte integrante de tu camino. —Pide esa misma alegría sobrenatural para todos”.
La Misa en Latacunga se caracterizó por el recogimiento y la gratitud. Con un fervor similar en Ibarra, donde la homilía animó a los fieles a dar buenos frutos en sus vidas, corazones, sentimientos y acciones porque somos Obra de Dios, Opus Dei.
En Cuenca, el encuentro se dio en el Seminario San Luis. Fue una oportunidad para reconocer cómo ha crecido la labor en esta ciudad. “Seguramente San Josemaría estará contento de la cantidad de personas que asisten a los medios de formación. Damos gracias de que el espíritu de la Obra informe tantas familias en este lugar” fueron las palabras del Padre Juan Carlos, quien presidió la Misa.