Familias en “escucha”

“Estamos llamados a acompañar, a escuchar, a bendecir el camino de las familias”, señaló el Papa Francisco a propósito del Año Familia Amoris Laetitia que culmina este 26 de junio del 2022. Con el fin de ser protagonistas de esta invitación, el Centro de Padres del Colegio Tabancura impulsó a que papás, jóvenes y niños salieran al encuentro de los demás.

Desde el año 2015, cuando empezaron estas misiones familiares, el grupo organizador les pide a las Carmelitas Descalzas de Melipilla que los acompañen con oración.

Las 28 familias que participaron el sábado 30 de abril en las misiones familiares en Melipilla, partieron cargadas: llevaban rosarios, estampas con oraciones, boletines de San Josemaría HOY y botellitas de agua bendita para entregar en un stand en la feria de esa localidad. El padre José Antonio Costabal, párroco de la parroquia Santa Teresa de Jesús de Los Andes quería reactivar a la comunidad para que acudiera a la iglesia y participara después de tanto tiempo cerrada por la pandemia. Francisco Morales, del grupo “Amigos de Jesús”, fue el encargado de instalar el stand de la parroquia; llegó a las 7:00 am a la feria, pero no lo encontró como lo habían planeado; sin embargo pensó que “ahí estaba Jesús, como en el Evangelio, con el brasero encendido con todo preparado”. Boris, vendedor de lechugas, prestó el espacio necesario, otro puso un toldo y las familias salieron al encuentro de la comunidad.

Este año se instaló un puesto en la feria, ahí se entregó un flyer con información parroquial, oraciones, estampas y novenas. En la foto, Francisco Morales del grupo “Amigos de Jesús”, ayudó con la instalación del espacio para la parroquia.
El párroco José Antonio Costabal quería reactivar a la comunidad para que acudiera a la iglesia y participara después de tanto tiempo cerrada por la pandemia.

“Nos damos cuenta que Él siempre está con nosotros. Era hermoso ver cómo las personas acudían con hambre de oír y hablar de Dios”, agregó Francisco. Así también lo destacó Tere, una de las organizadoras de las misiones: “A pesar de los imprevistos, Dios siempre tiene un plan B, y todo resulta mejor de lo esperado”.

El acompañamiento familiar y compartir con otros fue uno de los focos principales de esta jornada.

La Iglesia «en salida» es una Iglesia con las puertas abiertas. Salir hacia los demás para llegar a las periferias humanas no implica correr hacia el mundo sin rumbo y sin sentido. Muchas veces es más bien detener el paso, dejar de lado la ansiedad para mirar a los ojos y escuchar, o renunciar a las urgencias para acompañar al que se quedó al costado del camino. Papa Francisco, Evangelii Gaudium.


Las familias se dividieron en grupo para ir al encuentro de otras familias, en sus casas, en la feria, en la parroquia: les hablaron del cariño que tiene Jesús por ellos, que no están solos y sobre todo, pasaron tiempo escuchando las necesidades y preocupaciones de cada uno. “Esta iniciativa nos ayudó a acercarnos a Dios en familia y a que nuestros niños entiendan el valor de entregarse a los demás”, señaló Andrea Miranda, mamá del colegio.

Antes de comenzar el “puerta a puerta” el párroco de la Iglesia Santa Teresa de Jesús animó a las familias a manifestar que “Jesús nos quiere, y que somos lo más importante para Él”.

En el WhatsApp “misiones familiares 2022” había una conclusión en común, se veía la soledad y la necesidad de escucharse después de tanto tiempo; de volver a la parroquia, acudir a los sacramentos y acercarse a Dios.

Samuel (20 años) que se sumó a esta iniciativa junto a su familia y polola concluye: “Fue un encuentro con Cristo, real, donde familias, incluso de diferentes culturas, se unieron por un objetivo común: dar tiempo a los demás”.

Oración y compañía, de familias a familias, así describieron sus participantes las misiones 2022.
Alegría, con ese sentimiento quedaron las familias que participaron. Las personas visitadas estaban contentas, ya que producto de la pandemia habían estado más solos.

Los lazos continúan

El acompañamiento no solo queda en una jornada, porque jueves por medio un grupo de mamás del mismo colegio va a Melipilla y realizan los talleres “Luz y alegría” a mujeres de la parroquia. A través de la oración y el desarrollo de actividades manuales, van estrechando lazos y sembrando la semilla de la fe.

Yolanda Mendoza (56 años) llegó a los Talleres hace cuatro años. Luego de quedar viuda sufrió una depresión; este grupo le permitió salir de su casa y estar acompañada. “Me hizo volver a ser lo que yo era, una persona alegre. Mi mayor anhelo en la semana es que llegue el día jueves, he aprendido manualidades y otras cosas que son mi sustento de trabajo”. En la foto es la primera a la izquierda y sostiene el arreglo de flores que elaboraron en el taller.
En la foto, integrantes del taller “Luz y alegría”. Junto al grupo, Mónica (primera de la fila de pie a la derecha) quien participa hace algunos años del taller, compuesto por aproximadamente 20 mujeres. Está muy agradecida de las monitoras y disfruta del tiempo juntas, ya que le ha permitido salir de su casa y compartir con la comunidad.