Mensaje del prelado del Opus Dei a propósito del Motu proprio sobre las prelaturas personales

El prelado del Opus Dei escribe estas palabras a propósito del Motu proprio del Papa Francisco sobre las prelaturas personales, del pasado 8 de agosto.

Queridísimos, ¡que Jesús me guarde a mis hijas y a mis hijos!

Como habréis visto, anteayer el Papa Francisco publicó una carta en forma de Motu proprio acerca de las prelaturas personales. En ella se introducen modificaciones en dos cánones del Código de Derecho Canónico, en continuidad con lo establecido en Praedicate evangelium, sobre la reforma de la Curia romana, y el Motu proprio Ad charisma tuendum.

Os escribo estas palabras para compartir con vosotros que acogemos con sincera obediencia filial esas disposiciones del Santo Padre, y para pediros que también en esto permanezcamos todas y todos muy unidos. Seguimos así el espíritu con el que vivieron san Josemaría y sus sucesores ante cualquier disposición del Papa relacionada con el Opus Dei. Siendo la Obra una realidad de Dios y de la Iglesia, el Espíritu Santo nos conduce en todo momento.

Por otro lado, y como es lógico, el Motu proprio del día 8 de agosto también deberá tenerse en cuenta en la adaptación y actualización de los estatutos de la Obra, que está en marcha desde hace un año. Por este motivo, renuevo ahora la petición de oraciones que ya os dirigí hace algunos meses, para que este trabajo llegue a buen puerto. Además, desearía que día a día se refuerce en nosotros, por la gracia de Dios, el sentirnos hijos de la Iglesia, hermanos y hermanas de una familia unida, que procuran encarnar en su vida el mensaje recibido por san Josemaría. Seamos apóstoles que siembran magnánimamente comprensión y caridad, con la alegría que da el encuentro con el Señor.

Las modificaciones establecidas en estos cánones se refieren al derecho general acerca de las prelaturas personales. En el añadido que se refiere a los laicos –razón de ser del Opus Dei: cristianos corrientes en medio del mundo, que buscan a Dios a través de su trabajo profesional y de su vida ordinaria–, se explicita la realidad de que son fieles de sus diócesis, como cualquier otro católico. En el caso de la Obra, además, miembros de esta familia sobrenatural, gracias a una específica llamada vocacional.

Por último, os aliento a continuar acompañándome en el viaje pastoral de los próximos días en Australia y Nueva Zelanda, como os transmití hace poco en otro mensaje, y a recurrir a la intercesión maternal de la Virgen, en la ya cercana solemnidad de la Asunción de María.

Con todo cariño, os bendice

Vuestro Padre

Fernando Ocáriz

Sídney, 10 de agosto de 2023