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Lunes, 7 de agosto
Desde Surabaya, el Prelado voló a la capital, Yakarta, donde visitó al Nuncio. Luego, acudió al Hotel Aryaduta Menteng para un encuentro con familias. Al comenzar, los asistentes cantaron una canción llamada Rasa Sayange ("Amor en nuestros corazones"). Acudieron 150 personas de varias provincias de Indonesia y Filipinas.
Mons. Ocáriz comenzó dando gracias a Dios por tener la posibilidad de compartir ese encuentro y recordó la experiencia que san Josemaría había vivido en ese mismo día, 7 de agosto, pero de 1931. Mientras celebraba la Santa Misa, comprendió el significado de las palabras de las Escrituras que dicen: "Y yo, cuando sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí" (Jn 12, 32). El prelado del Opus Dei explicó que "poner a Cristo en la cumbre de todas las actividades humanas significa que uno le puede ofrecer todas las actividades de un día ordinario. Cristo se convierte entonces en el punto de referencia fundamental y Él lo santifica todo".
Dos de los asistentes, Erna y Sunan, regalaron al Padre una cerámica enmarcada con el Bapa Kami ("Padre Nuestro"). Otra familia le regaló una imagen de Nuestra Señora de Ganjuran, venerada en Java Central. Una pregunta fue de Tim, quien pertenece a la etnia malaya de los dayaks, conocidos antiguamente por ser temibles cazadores de cabezas. Bromeando, señaló que ahora desea "cazar almas" pacíficamente en su lugar de trabajo. En este sentido, preguntó cómo podía mostrar a sus amigos que merece la pena buscar la santidad, aunque cueste esfuerzo. Mons. Ocáriz le recordó que "la santidad no consiste en la perfección puramente humana o en la ausencia de defectos. Más bien, se trata de la perfección del amor. Lo importante es recomenzar cada día en nuestra lucha por amar a Dios. Ese amor es una gracia. Tenemos que pedir al Señor que aumente nuestra capacidad de amarle a Él y a los demás".
Lucía, cooperadora del Opus Dei desde 1981, expresó su gratitud a la Obra y su asombro ante el poder de la oración. Contó cómo su hija y su prometido aceptaron asistir a un curso de preparación al matrimonio ofrecido por un grupo de supernumerarios en Sydney, donde ahora viven. "Ten fe en que la oración es siempre eficaz, dijo el Padre. Aunque no veamos resultados, nada, absolutamente nada, se pierde, cuando rezamos".
Chari explicó que, junto con su marido, estaba dando una serie de cursos matrimoniales en Indonesia, cursos que hasta el momento han completado 11 parejas. Esta iniciativa le está ayudando mucho a fortalecer su relación con su marido Stefan.
Antes de concluir, el Prelado bendijo a los asistentes: "Que el Señor esté en vuestros corazones, en vuestras familias, en vuestras intenciones y en vuestras alegrías", les dijo.
Domingo, 6 de agosto
Por la mañana, el prelado acudió a visitar a Mons. Vincentius Sutikno Wisaksono, internado en el hospital por motivos médicos. El Opus Dei está en Indonesia porque Mons. Sutikono había pedido que se comenzara la labor apostólica en la diócesis de Surabaya.
Luego, Mons. Fernando Ocáriz acudió al seminario diocesano para saludar a los seminaristas y sacerdotes, y quedó impresionado al ver el dinamismo de las vocaciones en un país predominantemente musulmán.
Poco después, se celebró una tertulia con más de 200 personas en el campus de la Universidad Católica Widya Mandala, de Pakuwon. Mons. Ocáriz fue recibido con una danza tradicional de Jombang (Java Oriental), llamada Tari Remo Bolet. Esta danza se utiliza para dar la bienvenida a los invitados e inaugurar un acto.
El Prelado introdujo el encuentro con unas palabras sobre la fiesta litúrgica del día, la Transfiguración del Señor. Animó a todos a ser conscientes y agradecidos por las bendiciones que recibimos: "Tanto el sufrimiento como la alegría son expresiones del amor y de la presencia de Dios".
Dos niños regalaron al Prelado un "blangkon", un tocado javanés que simboliza la elegancia y el dominio de sí mismo. Budiono, ingeniero civil, preguntó sobre qué significa la santificación del trabajo profesional. "Es el núcleo de las enseñanzas de san Josemaría Escrivá", dijo. "Se trata de ser conscientes de la presencia de Dios mientras se trabaja, ayudándonos de un pequeño crucifijo o una imagen de la Virgen en la mesa de trabajo. Bajo su mirada, es más fácil cumplir bien las tareas que nos encomiendan, y trabajar sirviendo a los demás".
Shelvi, una joven madre de dos niños, habló de su negocio de venta de ropa infantil. Convertida del budismo al catolicismo, ahora disfruta estudiando la palabra de Dios y enseñando a sus hijos la fe católica. El Padre animó a la audiencia a agradecer siempre a Dios las gracias y dones que concede, incluso aquellos que no conocemos.
La reunión concluyó con la representación de una danza folclórica: Tari Lengang Nyai. Esta danza procede de un grupo étnico de Java Occidental y representa la agilidad y la alegría. Finalmente, el Prelado pidió oraciones por el Papa y por el obispo Sutikno.
Dela y George, los primeros supernumerarios de Surabaya, saludaron al prelado, quienes les aseguró sus oraciones y les recordó que unieran siempre sus sacrificios y desafíos en la vida a la cruz de Cristo.
Sábado 5 de agosto
Mons. Fernando Ocariz, prelado del Opus Dei, aterrizó en el aeropuerto internacional de Juanda a última hora de la tarde, cuando el sol se ponía sobre Surabaya, la segunda ciudad más grande de Indonesia.
Es la primera vez que un prelado del Opus Dei visita Indonesia, el mayor país archipelágico del mundo, con más de 17.000 islas. Conscientes del significado de esta ocasión, algunos fieles del Opus Dei, junto con sus familiares y amigos, acudieron al aeropuerto portando coloridas pancartas con la leyenda: "¡Selamat Datang, Padre!" ("¡Bienvenido, Padre!" en bahasa indonesia).