Hace unas semanas el prelado del Opus Dei vino a Suecia y mi familia y yo viajamos a Estocolmo para saludarle. Sus palabras de consejo y ánimo nos ayudaron mucho; a mí, personalmente, me sorprendió que hablase tanto de amistad. Mons. Ocáriz nos explicó que la amistad es el camino para que la gente experimente el amor y la misericordia de Dios.
¡Pero la amistad exige tiempo! Y el tiempo es un bien escaso: no tenemos suficientes horas para nuestra familia, ni para nuestros amigos, ni para rezar (aunque sí lo tenemos para distraernos con el smartphone…).
¿Qué hacer para enderezar nuestras prioridades? Nosotros hemos aprovechado el mes de mayo, el mes de María.
Recientemente, por cuarto año consecutivo, mi mujer y yo hemos organizado con unos amigos un peregrinación para familias en Omberg, foco de la vida religiosa sueca en la edad media. Durante dos días, pudimos dar paseos y rezar el rosario a la Virgen, participar en la misa y comer en el campo.
Durante dos días, pudimos dar paseos y rezar el rosario a la Virgen, participar en la misa y comer en el campo
Este año comprobamos con alegría que había cinco nuevos bebés: aunque los católicos seamos pocos, vemos con esperanza el futuro. Mientras los niños jugaban, los padres aprovechamos para charlar: ¿cómo sacas tiempo para rezar con tantos hijos pequeños? ¿Tú que haces para charlar tranquilamente con tu mujer o tu marido? ¿Qué coche debería comprar ahora que somos familia numerosa? ¿Cómo logras que tus hijos estén quietos en Misa? ¿Durante cuánto tiempo les dejas el móvil a los tuyos? Estas y otras preguntas surgen mientras paseamos por los bosques de Omberg.
En un país secularizado y con pocos cristianos, es muy importante cultivar la amistad entre amigos que comparten la fe y el amor por la familia. Muchos de nuestros niños son los únicos católicos en su colegio o en su grupo de amigos, por lo que vivir un ambiente de fe es para ellos oxígeno puro. Juegan, corren y también rezan con naturalidad.
Si me preguntaran algunos consejos prácticos para organizar una peregrinación mariana, daría estos:
- Reúne a tus amigos en un sitio bonito en el que se pueda organizar un pícnic.
- Rezad el rosario, paseando hasta una ermita o iglesia que no esté muy lejos.
- Pide a un sacerdote que celebre la Misa.
- Si es posible, dormid una noche en un alberge u hotel cercano. De ese modo, aseguráis que tendréis tiempo suficiente para desconectar de la vida diaria y pasar tiempo juntos.
- Evita cocinar. Una pizza o un bocadillo son, en ocasiones, la mejor solución.
Siempre me cuesta trabajo dejar el bosque de Omberg. Los niños están felices, mi mujer descansa, mis amigos creyentes y yo volvemos a ver con esperanza y fe el futuro de Suecia…
Comprendo lo que Pedro experimentaba cuando quiso quedarse en el monte de la transfiguración. Pero la Virgen nos anima a volver a casa y a nuestras ocupaciones ordinarias: hay mucha gente a la que ayudar y dar luz. Ahora que hemos vuelto a ordenar las prioridades, nos vemos capaces de hacerlo con la ayuda de Dios y de su Madre.