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Llega el año nuevo y con él esa energía de "empezar de cero". Probablemente estés pensando en metas, sueños o esos propósitos que prometiste cumplir el año pasado y que, bueno, no llegaron a despegar. Pero no te preocupes, porque el cambio real no depende del calendario, sino de ti.

Para ti, que deseas vivir tu vida con sentido, cada día puede ser un nuevo comienzo.
San Josemaría

Suena desafiante, ¿no? Pero también liberador: no tienes que esperar al 1 de enero para decidir ser mejor. Cada día es una nueva oportunidad para retarte a ti mismo.

1. El Poder del Propósito Claro

Antes de lanzarte a cumplir 20 objetivos a la vez, haz una pausa. Pregúntate: ¿Qué es lo que realmente importa? Quizás es mejorar en los estudios, tener relaciones más genuinas, o descubrir ese algo que te haga saltar de la cama con ganas. Hazlo simple y realista.

Haz pocos propósitos. –Haz propósitos concretos.–
Y cúmplelos con la ayuda de Dios.
San Josemaria. Camino, punto 249.

Recuerda que lo que cuenta no es sólo alcanzar la meta, sino la lucha diaria para conseguirlo. Cada pequeño paso cuenta, incluso si nadie más lo nota.

2. Acepta el desafío diario

A veces queremos cambios rápidos y perfectos, pero la verdad es que la vida no funciona así. Cambiar implica trabajo, y eso significa luchar. Hablar de “lucha” no es popular, pero es el camino para crecer. Si hoy no cumples con tu plan, no tires la toalla: vuelve a intentarlo mañana.

Son santos los que luchan hasta el final de su vida: los que siempre se saben levantar después de cada tropiezo, de cada caída, para proseguir valientemente el camino con humildad, con amor, con esperanza.

San Josemaría. Forja, punto 186.

 ¿Por qué no aprender de los santos? Caer está permitido; rendirse, no.

3. Rodéate de personas que sumen

Tu entorno importa. Busca amigos que te desafíen a ser mejor, que te apoyen en tus metas, y que también te digan la verdad en todo momento. Recuerda que crecer no siempre es cómodo, pero vale la pena.

Eres, entre los tuyos —alma de apóstol—, la piedra caída en el lago.

Produce, con tu ejemplo y tu palabra un primer círculo... y este, otro... y otro, y otro... Cada vez más ancho.

¿Comprendes ahora la grandeza de tu misión?
San Josemaria. Camino, punto 831.

También tú puedes ser esa persona para alguien más. Quizás el año nuevo sea la oportunidad de inspirar a quienes te rodean.

4. No Olvides a Dios

Sí, Dios tiene algo que decir en todo esto. No te pide que lo hagas todo solo. Habla con él. En tus momentos de alegría y también en esos días en los que parece que nada sale bien. 

El que desea luchar, pone los medios. Y los medios no han cambiado en estos veinte siglos de cristianismo: oración y frecuencia de Sacramentos

San Josemaría. Es Cristo que pasa, punto 78.

Pon tus planes en sus manos y confía. A veces, los mejores cambios llegan de maneras inesperadas.

5. El Año Nuevo es Hoy

El verdadero reto no está en esperar al próximo año, ni en cumplir un checklist perfecto. Está en la decisión que tomes hoy, en este momento. Porque al final, tu vida no se mide en años, sino en los pequeños actos diarios de valentía y perseverancia.

¡Ahora! Vuelve a tu vida noble ahora. —No te dejes engañar: «ahora» no es demasiado pronto... ni demasiado tarde.
San Josemaria. Camino, punto 254.

¿Estás listo para enfrentarte al desafío? No tiene que ser perfecto, pero sí puede ser real. Empieza hoy.

Basado en el artículo publicado en la web del Opus Dei: «Año nuevo, lucha nueva».