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Querido amigo

Me alegra mucho estar aquí a solas contigo nuevamente. Tener tu compañía aquí en VIP es una suerte. No creas que no te he estado escuchando cada vez que rezas por la noche, cuando me cuentas sobre tus clases, tus amigos, o sobre ese problema que te quitaba la paz... Cada vez que miraste al cielo buscándome, te vi.

Hoy, has podido recibirme en la comunión y deseo expresarte mi amor y gratitud por abrirme las puertas de tu corazón. En este encuentro tan especial y sagrado, he venido a ti en forma de pan y vino para unirme más íntimamente contigo. En cada partícula que has recibido, te he dado mi cuerpo y mi sangre, me he entregado completamente a ti. Porque te quiero.

Es verdad. Te amo ¡y con locura! Eres una persona increíble, exactamente como quería que fueras desde que te pensé. Y aunque a veces reclamas y dices que no eres capaz o suficiente, te quiero dar fuerza por medio de esta comunión - para que tu fe crezca y sepas que siempre estaré a tu lado.

No sabes la alegría que me das cada vez que estoy contigo, cuando me hablas y me cuentas con lujo de detalles tus días, cuando te va bien en un examen, una la salida con tus amigos, lo difícil de una materia, de lo cansado que llegaste al final del día y hasta aquel compañero en tu clase, con el que te cuesta mucho compartir. Me gusta hasta cuando me hablas sobre ese chiste que te contaron y sobre todo lo que te preocupa y lo que tienes en mente.

Para esas muchas veces que me cuentas sobre lo que te preocupa, te digo: confía. Sé que es difícil pero déjame echarte una mano, ya verás que juntos vamos a salir de todas. Eso sí, solo te quiero suplicar una cosa: pide y pídeme mucho y con esperanza. Por ti, por todas tus cosas, por los que están solos, por los que están enfermos, por los que sufren, por los que han perdido la esperanza, por la iglesia y por el Papa.

Sé que ya debes irte, tienes muchos planes que seguir haciendo y en los cuales me hace gran ilusión acompañarte. Así que mejor dicho: vámonos. Ah, y sigue viniendo, que este espacio a solas contigo es lo más preciado de todos mis días.

Con cariño, Jesús.